Tony Phillips

Después de viajar más de 3.200 millones de kilómetros, durante tres años y medio, la sonda espacial Messenger realizó su primer sobrevuelo del planeta Mercurio, el pasado 14 de enero, y envió a la Tierra algunas sorpresas, aspectos espectaculares del primer planeta.

«Este sobrevuelo nos permitió ver una parte del planeta que nunca había sido vista por una sonda espacial y nuestro pequeño vehículo nos ha enviado una verdadera mina de oro de emocionantes datos», dijo Sean Solomon, investigador principal del proyecto Messenger, en el Instituto Carnegie de Washington. Las cámaras de la nave, en combinación con sus otros sensores, recolectaron más de 1.200 imágenes e hicieron las primeras mediciones de Mercurio a corta distancia, desde que la sonda «Mariner 10» visitara el planeta a mediados de los años 70 del siglo pasado.

Diferencias con la Luna

Los investigadores creyeron alguna vez que Mercurio se parecería mucho a la Luna de la Tierra, pero la nave Messenger (http://messenger.jhuapl.edu) ha encontrado ya muchas diferencias entre los dos cuerpos celestes. Por ejemplo, a diferencia de la Luna, Mercurio tiene enormes acantilados con estructuras que serpentean por millares de kilómetros a lo largo y a lo ancho de la faz del planeta. La sonda espacial también reveló cráteres de impacto que lucen muy distintos de los cráteres lunares. Un cráter particularmente curioso ha sido apodado «la araña» (en la imagen).

Esta formación no había sido detectada anteriormente en Mercurio y nada parecido se ha observado en la Luna. La formación nace en medio de un enorme cráter de impacto, llamado «Cuenca Caloris», el cual está compuesto por más de 100 angostas depresiones de crestas aplanadas que surgen radialmente de una compleja región central. La «araña» tiene un cráter cerca de su centro, pero hasta el momento no queda claro si este cráter tiene alguna relación con la formación original o si se creó más tarde.

El mayor cráter del sistema solar

Cuando la nave «Mariner 10» pasó por Mercurio, en la década de 1970, sólo pudo ver una porción de la «Cuenca Caloris». Ahora que la sonda Messenger ha mostrado a los científicos la cuenca en su totalidad, se ha revisado el diámetro y se ha comprobado que es más grande que el cálculo inicial realizado por la nave «Mariner 10», de 1.300 kilómetros; el cráter podría medir hasta 1.500 kilómetros de una orilla a la otra. Los investigadores ya sabían que la «Cuenca Caloris» era uno de los cráteres de impacto más grandes del sistema solar; pero la sonda Messenger ha demostrado que el impacto es aún más grande de lo que se pensaba.

El proyecto Messenger es la séptima misión espacial con enfoque científico y realizado a bajo costo con el auspicio del programa Discovery de la NASA. El laboratorio de física aplicada diseñó, construyó y opera la nave espacial, además de administrar la misión para la NASA. Messenger es la sigla en inglés de: «MErcury Surface, Space ENvironment, GEochemistry and Ranging» (Superficie, Ambiente espacial, Geoquímica y Cálculo de la distancia de Mercurio).

Campo magnético y rico en sodio

Respecto del campo magnético de Mercurio, la sonda Messenger ha descubierto que también difiere de las observaciones llevadas a cabo por la nave «Mariner 10», hace 30 años. Mientras que el campo magnético estaba en calma, en términos generales (sin tormentas magnéticas), el 14 de enero, mostró varios indicios de la existencia de una significativa presión interna. Sobrevuelos adicionales de la sonda Messenger, a finales de 2008 y 2009, y un año entero de fase orbital que comenzará en 2011, revelarán más aspectos sobre la estabilidad y la dinámica del campo magnético de Mercurio.

Otros instrumentos de la sonda Messenger pudieron también detectar emisiones de radiación ultravioleta originados por la presencia de calcio, sodio e hidrógeno en la exosfera de Mercurio; una exosfera es una atmósfera de muy baja densidad que probablemente se produce por el contacto con plasma caliente que está atrapado en el campo magnético de Mercurio. La sonda Messenger se encontró con la «cola» exosférica de Mercurio, rica en sodio, que se extiende a más de 40.000 kilómetros del planeta y también descubrió una cola de hidrógeno de similares dimensiones.

Con este tesoro escondido de datos y con dos futuros sobrevuelos y una misión intensiva en órbita para continuar con Messenger, estamos apenas comenzando a ir hacia donde nadie había ido antes. Buen viaje.