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El Ayuntamiento de Alzira no sólo ha adjudicado trabajos a la empresa constructora de los hermanos del arquitecto municipal Ambrosio Ferrer Portillo, sino también al despacho profesional del que éste era socio. En concreto, el proyecto para la rehabilitación de la Casa Blava, un inmueble en ruina que el consistorio quiere convertir en una hostería ambientada en la novela "Entre Naranjos", ha salido del despacho 40x40 Taller de Arquitectura, que ha diseñado una reforma que supondrá una inversión de un millón de euros, según el presupuesto estimado de la obra.

Ferrer era socio y llegó a figurar como administrador de este gabinete de arquitectura, aunque ha negado que en la actualidad mantenga relación alguna con la empresa y que haya participado en la adjudicación de este contrato. Según manifestó a Levante-EMV, se desprendió de su participación como socio "el año pasado" ya que, según dijo, estaba desvinculado del trabajo en la empresa y su presencia suponía más un problema "que otra cosa". Los documentos oficiales matizan de algún modo esta versión.

Es cierto que Ferrer se ha desvinculado de este despacho de arquitectura, pero no hace tanto tiempo. Es más, según el anuncio publicado en el Boletín Oficial del Registro Mercantil el pasado mes de mayo, la mitad de sus participaciones las habría transferido a su esposa, un dato que el arquitecto dijo desconocer.

Sin embargo, el mismo día que la alcaldesa de Alzira, Elena Bastidas, firmaba una resolución por la que se adjudicaba a 40x40 Taller de Arquitectura la redacción del proyecto para la rehabilitación de la Casa Blava como equipamiento turístico, el lunes 27 de abril, se inscribía en el Registro Mercantil el cese de Ambrosio Ferrer como socio profesional de este gabinete, aunque en ese momento ya hacía tiempo que ocupaba la plaza de arquitecto municipal de forma interina. La publicación de esta inscripción en el Borme unos días después, el 7 de mayo, detalla que en paralelo a la baja del técnico se producía el nombramiento como socio de María Luisa Gordo Samper, esposa de Ferrer, que recibía la mitad de sus participaciones, mientras que el otro 50% se transferían al otro socio del despacho, Jorge Luis Gimeno, que desde agosto de 2008 figura como administrador único de la empresa. Ferrer dijo tener entendido que todas sus participaciones las había traspasado a su anterior socio.