Ikea ha dado una vuelta de tuerca más a la negociación para implantarse en la Comunitat Valenciana y ha exigido al Ayuntamiento de Alfafar y a la Agrupación de Interés Urbanístico Alfafar Parc una pequeña modificación del proyecto para asentarse en sus terrenos. Los cambios que la multinacional sueca reclama son sencillos: 10.000 m2 más de edificabilidad -pasaría así de 35.000 a 45.000- y la construcción de otra planta en altura, tal como ha podido saber Levante-EMV de fuentes de toda solvencia.

Pese a que aún no hay nada cerrado, las negociaciones respecto a este modificado pormenorizado están muy avanzadas y todo apunta a que se cerrarán en breve, tal vez incluso en unos días, según las fuentes consultadas por este diario. En caso de que así sea, el plazo para la llegada definitiva de Ikea a Alfafar se mediría en meses o, incluso, en un puñado de semanas.

De hecho, la previsión es que los cambios que reclama la multinacional sueca del mueble -de ser aceptados- lleguen al consistorio de Alfafar a lo largo del próximo mes de julio para ser incluidos en el proyecto original. Ningún otro trámite sería necesario más allá de la rectificación del diseño de Alfafar Parc, ya que las modificaciones exigidas son de competencia exclusivamente municipal. Así las cosas, ese mismo mes de julio podría alumbrar los primeros trabajos de acondicionamiento de la parcela en la que se asentaría la primera tienda de Ikea en Valencia.

Ampliación de la tienda

Pero, para arribar a ese punto, será necesario que la Agrupación de Interés Urbanístico transija en renunciar a parte de la edificabilidad que le corresponde en el nuevo parque comercial. La opción que están dispuestos a apoyar los propietarios para que la firma sueca tenga los 10.000 m2 más que pide

es ampliar la superficie de la tienda a costa de las zonas verdes y los aparcamientos previstos en la fachada delantera, y trasladar esos elementos -son irrenunciables- a los edificios del entorno, unos inmuebles que los dueños del suelo se reservaban para explotación propia. Es decir, pierden superficie comercial en propiedad, pero ganan un motor con un tirón comercial inmejorable como es Ikea.

Con esta transacción quedarían resueltas las exigencias de la multinacional, que tendría así una parcela diseñada a su medida y, lo que es mejor, en la que podría entrar este mismo verano.

La Agrupación de Interés Urbanístico Alfafar Parc ya anunció que esto sucedería. En 2008, proclamó que mantenía frecuentes reuniones con representantes de la firma sueca y que trabajaba para adecuar el espacio "a la medida de Ikea". Parece que por fin lo han conseguido. O están a punto de hacerlo.