Una fábrica abandonada situada al lado de la urbanización Monte Collado de Llíria se ha hundido. El viento de los últimos días y las lluvias han provocado que el tejado se haya venido abajo y que la uralita se fracture en pedazos.

Según informaron varios vecinos, desde hace aproximadamente dos años los propietarios de la urbanización vienen quejándose -por escrito y verbalmente- del mal estado y de la inseguridad en la que se encontraba la empresa abandonada.

En primer lugar porque el techo de todo el almacén esta cubierto de planchas de uralita, provista de fibrocemento, y que al partirse suelta pequeñas partículas que contienen amianto y que son altamente tóxicas. Estas se pueden desplazar por toda la urbanización a través del aire con el consiguiente peligro para la salud de las persona que allí viven.

En segundo lugar, porque es un peligro para los pequeños el hecho de poder colarse dentro de los almacenes y caerse en lo grandes hoyos que se encuentran en el interior de la misma, repletos de hierros y puntales muy peligrosos.

En ese sentido, los vecinos de la urbanización denunciaron "la incompetencia del equipo de gobierno y más concretamente de la concejal de Urbanismo, Reme Mazolari", ya que "pasan los meses y el ayuntamiento no ha tomado ninguna medida, ni realizado ningún informe sobre los peligros a la salud". Además añadieron que "si esto hubiese sucedido en cualquier país europeo, se habría actuado con diligencia para retirar los materiales tóxicos y desalojado a todos los vecinos afectados".

Mientras, el ayuntamiento afirma que no tenía constancia de los hechos. Por lo tanto, de confirmarse el asunto, "se realizarán las investigaciones pertinentes y se tratará de resolver el problema lo antes posible", argumentaron fuentes municipales. No obstante, es un asunto en el que el ayuntamiento ha estado trabajando anteriormente pero hay que tener en cuenta que "la solución no es fácil porque se trata de una propiedad privada", explicaron las mismas fuentes.

Finalmente, con respecto a la posibilidad de que los niños entren en la fábrica y puedan caer en algún agujero, manifestaron que "el acceso a las instalaciones fue precintado y si se ha hecho algún momento caso omiso a las advertencias ya no es responsabilidad del ayuntamiento".