La dirección del área sanitaria de gestión privada de Manises ha despedido a cinco facultativos que ejercían como especialistas en medicina familiar sin contar con esta titulación. Según explicó ayer una de las médicos de cuyos servicios ha prescindido Sanitas, esta situación se estaba produciendo desde que firmó su contrato laboral con la UTE Sanitas-Ribera Salud, que empezó a gestionar el área sanitaria en 2009, aunque antes de ello ya trabajaba como médico para la Agencia Valenciana de Salud (AVS).

En este caso en particular, la médico obtuvo el título de medicina en su país de origen y lo homologó al instalarse en España. Pese a no contar con ninguna especialización, asegura que estuvo ejerciendo como médico de Familia en el punto de atención continuada desde 2006 a 2009 para la AVS y de 2009 hasta el pasado octubre para el Área de Manises, concretamente en el centro de salud de Mislata. Los otros facultativos despedidos ejercían en los centros de atención primaria de Manises, Buñol, Chiva y Aldaia, todos ellos gestionados también por Sanitas.

«Ni siquiera le preguntaron si tenía la especialización cuando le hicieron el contrato», denunciaba ayer Voro Sanz, secretario de UGT en este departamento de Salud. «Pero a raíz del caso de una mujer que ejercía en el hospital Doctor Peset de Valencia sin tener el título de medicina, empezaron a investigar y descubrieron los casos de los médicos de Familia sin titulación», señaló Sanz.

Por su parte, desde la dirección del Hospital de Manises señalaron ayer que los despidos se han producido para cumplir con una orden de la Conselleria de Sanidad que desde el pasado octubre obliga a los facultativos de atención primaria a tener la especialidad de medicina familiar y comunitaria para ejercer en esta área, siempre que su título sea posterior a 1995. «Es una orden que se ha cursado a todas las áreas de salud. Nosotros ofrecimos a los médicos que carecían de esta especialización volver a contratarlos una vez se sacaran el MIR».

En el caso de la facultativa que ejercía en el centro de salud de Mislata, prefirió el pasado octubre pactar con la empresa un despido improcedente, cobrar una indemnización y buscar un nuevo empleo en la medicina privada, donde, según detallaron desde Manises, el requisito de la especialización no es obligatorio.

Treinta y cinco horas en urgencias

«Sentado en una silla de ruedas y con intenso dolor, durante 11 horas permaneció mi padre en el servicio de urgencias». Así comienza Jaime Gil el relato del sufrimiento de su padre „un anciano de 88 años„ al iniciar su «periplo» por el hospital de Manises, tras ingresar por un fuerte dolor provocado por la rotura de una vertebra. La espera se prolongó durante 35 horas «interminables e intolerables tanto para el enfermo como para los familiares», explicó ayer con indignación su hijo, que contabiliza ese tiempo transcurrido desde el ingreso en Urgencias hasta su paso a planta. cèsar garcia manises