La historia de Rosa Cafalat Barber arranca un 11 de agosto de 1935 en Arequito, un municipio de la provincia de Santa Fe, en Argentina. Rosita nace allí porque sus padres, Bautista Calafat y María Dolores Barber, ambos de l'Alqueria de la Comtessa, emigraron a aquel país en 1922 tras contraer matrimonio. Han pasado 78 años desde entonces y es la primera vez que Rosa visita España y se encuentra con sus familiares.

Bautista y María Dolores dejaron en España a sus familiares y se fueron a buscar fortuna al otro lado del Atlántico, primero en Buenos Aires, después en Rosario y más tarde en Arequito y es allí donde Rosa nació. Los hermanos mayores eran Lola y Antonio, ya fallecidos.

Los padres de Rosa quisieron regresar a España en los años 30, pero fue cuando estalló la Guerra Civil. Volverían en los 60 para pasar unas vacaciones a un país al que vieron muy mejorado de aquel que dejaron en 1922.

La familia continúa intentando encontrar su lugar en Argentina y van a parar a Las Parejas (Santa Fe). Allí se casan los tres hermanos y cada uno empieza a buscar su destino.

Rosa se casó con Raúl Óscar Fernández, un ferroviario que aún vive y que a punto estuvo de afrontar la aventura de venir a España con su mujer, pero finalmente desistió: "mi marido es el responsable de que yo pueda estar aquí. Él es quien más me animó y me ayudó a organizar el viaje", comenta Rosa con orgullo.

Con una vida plácida de jubilados pensionistas, Rosa y su esposo viven actualmente en Freyre, en la provincia de la Córdoba argentina.

Una vez aquí ha llegado lo mejor: el encuentro con sus familiares más directos. "Los he visto a todos estupendos alegres y con muchas ganas de vivir. Durante estos trece días hemos visitado lo que fue la casa familiar en l'Alqueria de la Comtessa.Todo está cambiado, pero la emoción aflora al recordar", señala.

Tras esta inolvidable e histórica experiencia, el medio día de avión que les resta les va a resultar menos pesado.