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El dueño de un bar de Dénia destroza 18 ninots de una falla para vengarse

A los falleros se les olvidó recoger el «arròs al forn» que el hostelero había cocinado para ellos - La policía lo detuvo y la comisión le pedirá que pague los daños

Los falleros hicieron lo posible por intentar arreglar las piezas, pero el destrozo saltaba a la vista. f a. p. f.

El dueño de un bar de la calle Loreto de Dénia se tomó tan mal que los falleros de les Roques se olvidaran de pasar a recoger el arròs al forn que había cocinado para ellos que el pasado martes, a primera hora de la mañana, se metió en el monumento y arrambló con todos los ninots que encontró a su paso. Destrozó 18 figuras. Todas ellas representan fichas de ajedrez. El hostelero se peleó con los ninots a manotazos y patadas. Varios testigos observaron en él síntomas de que estaba supuestamente ebrio. Comentaron que cuando ya no quedaba en pie ni una de las piezas que rodean las figuras centrales incluso alardeó a gritos. «Ara la falla sí que està bonica», vociferó.

El autor de la barrabasada aprovechó el momento en el que los últimos falleros que vigilaban el monumento se retiraron a descansar un poco y prepararse para la ofrenda. Poco después de las 8 de la mañana acudió al distrito de les Roques y destrozó parte de una falla que a los falleros les ha costado 15.000 euros. Algunos ve cinos, al escuchar el estropicio, se asomaron a los balcones y avisaron a la policía. El dueño del bar salió corriendo, pero los agentes lo pillaron en la Plaça de l'Ajuntament y lo detuvieron. A mediodía ya había quedado en libertad tras prestar declaración en la comisaria.

Los falleros estaban ayer indignados. Intentaban recomponer los ninots. Los caballos del ajedrez estaban con la cabeza colgando. Las piezas, tiradas en el suelo, presentaban desperfectos graves. «Esta tarde vendrá el artista (es de Alicante) y valorará los daños», comentó a este diario un miembro de la comisión. «Sí, nos vamos a reunir y lo más seguro es que decidamos pedir una indemnización al autor de esta gamberrada», añadió.

Otros integrantes de la falla hablan más bien de venganza desmesurada. El propietario del bar se había ofrecido a cocinar un arròs al forn para esta comisión, que está muy próxima al inmueble donde tiene montado el negocio. Además, se lo regalaba a los falleros. Pero éstos se olvidaron el martes a mediodía de ir a recogerlo. Encargaron la comida en otro restaurante. Por la tarde, cuando cayeron en la cuenta, acudieron rápidamente a pedir disculpas al hostelero, al que hallaron muy ofendido. No hubo forma de aplacar su enfado. Pero nadie presumía que llevaría las cosas hasta el extremo de meterse dentro de la falla para acabar en un momento con el trabajo de todo el año de la comisión. Los falleros estaban ayer convencidos de que este hombre, que tiene entre 45 y 50 años, había bebido más de la cuenta y, tras pasar toda la noche de fiesta, no presentaba la lucidez aconsejable.

La falla de les Roques vivió una cremà un poco triste. La fiesta quedó empañada por un malentendido resuelto a las bravas por un hostelero con el que hasta hace nada los falleros compartían bromas y risas.

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