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Un excepcional año sin lluvias deja la Safor sin agua superficial y con los acuíferos bajando

El año 2014, y también el llamado «año hidrológico» que va entre 2013 y 2014, van a inscribirse en los anales de la Safor por ser de los más secos que se han registrado en muchas décadas. La sequía de la que se viene hablando ya no es uno de esos habituales comentarios meteorológicos, sino que ha empezado a tener consecuencias importantes que, como es obvio, se agravarán a medida que pasen las semanas en ausencia de lluvias significativas.

La primera de las imágenes que saltan a la vista es la práctica desaparición de los cursos fluviales en toda la comarca. Exceptuando los dos marjales litorales, el de Pego-Oliva al sur y el de la Safor al norte, y los cursos que parten de los manantiales que los alimentan, el paisaje comarcal se ha quedado sin agua. Incluso el tramo del río Vernissa entre Alfauir y Palma de Gandia, que resiste fuertes periodos de sequía, ha sucumbido. Antes lo hicieron, de norte a sur, el río Vaca en la Valldigna, el Serpis desde el azud de Villalonga y la rambla de la Gallinera en Oliva. Bajo la tierra, fuera del alcance de la vista, también los acuíferos están experimentando un considerable y rápido descenso del nivel del agua. s. sapena gandia

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