La regidora del PP de Godella Paqui Arigüel presentó por sorpresa su dimisión durante el pleno extraordinario del jueves. La concejala justificó su salida por las «actitudes vejatorias» y «ofensas» de algunos de sus compañeros de grupo, colectivo al que incluso llegó a identificar con «una secta más que con un grupo político». La edila presentó ayer oficialmente su renuncia por registro de entrada, además de dimitir también de su cargo en la ejecutiva del PP local, donde hasta ahora ostentaba el cargo de tesorera.
Pese a que durante su intervención Arigüel no mencionó directamente a ningún compañero de bancada, ayer, en declaraciones a Levante-EMV, sí acusó al portavoz, José María Musoles. «Él es el culpable de todo „aseguró„. No me permite hablar y me coarta la libertad de expresión hasta el punto de decirme que si quiero decir algo, he de escribirlo y él me dirá si puedo y cuándo puedo contarlo».
Musoles, por su parte, achacó ayer el conflicto a «cuestiones internas de partido» y a «malas interpretaciones» de Arigüel. «Hay determinadas normas internas que hay que respetar „señaló„ pero ella, en vez de acatarlas y aceptar las críticas, las ha entendido como ataques personales».
Para la edil, su salida «no tiene marcha atrás» por cuestiones de «dignidad» personal y porque no quiere «pasar ni un día más sentada» con los que aún son sus compañeros de partido, mientras que, para el portavoz, la dimisión «se ha producido en un foro que no era el adecuado», ya que «Arigüel ha trasladado un asunto de organización del partido al ámbito municipal».
La situación que el jueves estalló en el pleno se arrastra, según la concejala, desde el pasado día 11, cuando tuvo lugar la cena de Navidad del PP de Godella. Fue entonces cuando la hasta entonces «cordial relación de amistad» entre ella y José María Musoles comenzó a torcerse por, según cuenta, una cuestión banal.
«Me dijo que me sentase en un sitio concreto, en una de las mesas „narra la edila„, pero allí sólo había una silla y aún faltaba otra regidora por llegar». Así que, «para no dejarla sola», optó por sentarse «en la mesa presidencial», algo que, al parecer, «no le gustó» al portavoz municipal.
Al día siguiente, Arigüel empezó a recibir «insultos y ofensas por parte de otro concejal» del PP y llamó por teléfono a Musoles «para hablar y preguntarle qué estaba pasando». Sin embargo, él «no cogió el teléfono» y únicamente le envió un mensaje a través del móvil en el que la emplazaba a «sentarse para hablar» en los próximos días. Finalmente, «convocó una reunión de todo el grupo municipal para el día 16» que, en lugar de servir para arreglar las cosas, «las empeoró aún más» porque «acabó a voces».
Para José María Musoles, el origen del conflicto tiene también «muy poca trascendencia», aunque ayer seguía defendiendo «las normas internas» del partido. « Las cosas se hacen como se tienen que hacer, y si finalmente resulta que ese proceder es erróneo, pues se rectifica y ya está „subrayó„. Lo que no se puede hacer es que te den un tirón de orejas y que tú entiendas que se trata de una crítica destructiva y un ataque personal; las normas son para todos iguales y todos las debemos cumplir».
