Gestión política y movilizaciones. Esas son las dos armas que empleará el Ayuntamiento de Sagunt para empujar al Ministerio de Fomento a reformular su ampliación del bypass por el norte, un proyecto cuya declaración de impacto ambiental ya ha recibido luz verde desde la secretaría de Estado de Medio Ambiente, pese a los «impactos brutales» sobre la capital comarcal y a la alternativa que se contempló en un principio para desplazar el nuevo trazado hacia el oeste, como defiende el consistorio desde hace 10 años.

Además de aprobar el dictamen municipal desfavorable a la opción elegida por Fomento, tildada en el informe de Urbanismo como «lesiva», «incongruente», «inaceptable» o «desfasada», el pleno de Sagunt instó ayer a que se modifique el recorrido, acuerdo que, según reconoció el edil Francisco Villar, tiene más simbolismo que eficacia administrativa, ya que «el procedimiento no está abierto ahora a alegaciones, pero hemos querido reiterar la postura que ya aprobamos en 2005 y 2009». Debido al nulo efecto de este posicionamiento, la oposición reclamó que «o movemos el culo o el ministerio tirará para adelante», según Fernando López-Egea (EU).

Además de calificar el proyecto como «barbaridad», el portavoz de la coalición de izquierdas en Sagunt añadió que «tenemos que paralizarlo mediante la movilización social y la presión del alcalde en Madrid». En esta línea, José Luis Chover (PSPV) incidió en que «esta ampliación, que está llena de despropósitos, no es posible y la debemos frenar de cualquier forma».

Por su parte, desde Compromís,, Quico Fernández consideró que se trata de «una nueva decisión desde Madrid que no tiene en cuenta nuestros intereses».