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Unos vándalos han vuelto a destruir parte del vallado de protección del emblemático yacimiento íbero del Tossal de Sant Miquel de Llíria dejando un hueco por el que se podría acceder a los vestigios. Afortunadamente, el propio alcalde Manuel Izquierdo confirmó ayer que no se han producido daños en el importante conjunto arqueológico después de enviar una brigada de vigilancia a la zona.

Lamentablemente estos ataques para robar cobre y otros materiales metálicos con habituales en el cercado de estos yacimientos, que requieren un gran esfuerzo económico en su mantenimiento por parte de las arcas municipales.

El Grupo Ecologista Outeiro había denunciando ante la Fiscalía y el Seprona este acto vandálico y el supuesto mal estado de los vestigios arqueológicos. Sin embargo, a mitad de abril, la fiscalía ha archivado esta denuncia por no existir daños cuantificables contra el patrimonio.

El alcalde lamentó que en el consistorio «no nos podemos responsabilizar de los actos vandálicos de los demás». Pese a ello, «vigilamos de forma permanente nuestro entorno y cualquier deficiencia se subsana inmediatamente», recalcó.