Los aspirantes a sacarse el carné de conducir que se inscriban en las autoescuelas de la comarca de la Safor tendrán que desplazarse, a partir del próximo mes de septiembre, a las instalaciones que la Jefatura Provincial de Tráfico tiene en Valencia, concretamente en la zona del Saler, para poder realizar el examen teórico en todas sus modalidades.
La orden llega de Madrid. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha decretado que, después del verano, todos los aspirantes a conseguir el carné realicen la prueba teórica mediante un ordenador y no con las fichas en papel que se usaban hasta ahora.
El problema es que nadie ha previsto instalar esos ordenadores en las pistas y el centro examinador que el Ayuntamiento de Gandia acondicionó hace años en el polígono Alcodar, y la dirección de Tráfico no tiene la más mínima intención de aportar los aparatos a esta ciudad.
Así, cuando las personas estén en disposición de examinarse, tendrán que emplear tiempo y dinero para ir a Valencia, un problema que se agrava si se tiene en cuenta que la mayoría de ellos buscan el carné de coche y que, consiguientemente, tienen que buscar medios alternativos para desplazarse hasta el Saler.
Muchas autoescuelas de la Safor están que arden con esta decisión. En primer lugar, no entienden por qué la DGT no quiere poner los ordenadores en las instalaciones de Gandia. En segundo lugar, incluso algunas de estas empresas están dispuestas a brindarse para financiar parte de la inversión que sea necesaria con el fin de ofrecer el mejor servicio a sus clientes y que, a cambio, puedan terminar en Gandia todo el proceso de obtención del carné.
Pese a eso, de momento no hay cambios en la decisión y la DGT, desoyendo su petición y la que seguramente le transmitirían la mayoría de los usuarios de las autoescuelas de la Safor, insiste en la obligatoriedad de desplazarse a Valencia pese al elevado número de empresas que operan en los municipios de esta comarca.
Varios empresarios del sector con quienes ayer habló este periódico confesaban su incredulidad por este hecho. Consideran que, en plena era de la tecnología, la DGT debería instalar esos ordenadores en una ciudad como Gandia, cuyas pistas y oficinas para realizar exámenes del carné de conducir benefician a una treintena de municipios que suman cerca de doscientos mil habitantes.
Los empresarios no solo no entienden ni aceptan esa política de «centralización» de un servicio público esencial al que todos tienen derecho, sino que incluso quieren expresar su protesta y, a través de la Unión de Autoescuelas de la Provincia de Valencia, están llamando a la convocatoria de una manifestación para el 28 de julio en la ciudad de Valencia con la que forzar a una modificación de la norma que les perjudica. La idea es acudir con coches, camiones, motos y autobuses y llamar la atención en un recorrido que discurriría entre la sede de la Jefatura de Tráfico y la Delegación del Gobierno.
