Los vecinos de Ciutat Vella de Sagunt han puesto en marcha un novedoso proyecto con el que buscan «revitalizarse desde dentro». El objetivo es huir de los cauces habituales para dinamizar una de las zonas más emblemáticas de la capital de El Camp de Morvedre por su historia y su patrimonio, ya que sobre ella se asientan los dos monumentos más importantes de la comarca: el Castillo y el Teatro Romano, además del barrio de la Judería o el museo arqueológico , entre otros.

Los recuerdos son la base de esta singular iniciativa, a través de los cuales se espera obtener respuesta a todas las inquietudes y necesidades del barrio. Así, lugareños de todas las edades ponen en común sus vivencias para compartirlas con los visitantes en códigos QR que, en unos días, se encontrarán en ventanas, puertas y rincones de Ciutat Vella para descubrir, a través de testimonios, cómo ha sido la vida en los últimos 70 años. Por ejemplo, este proyecto revela la vitalidad comercial de la zona hace décadas y de la que no queda ni rastro. «El barrio era un centro comercial con pequeños establecimientos, en los que se podía encontrar de todo», explica Elena Uriel desde la asociación de vecinos.

Esta iniciativa, impulsada bajo el nombre de Pla Estel, se encuentra en su primera fase, la de exposición, análisis y codificación de testimonios. «La intención es enfrentarnos a los problemas del barrio desde otro punto de vista, alejándonos de las prácticas convencionales como las clásicas protestas», insiste Uriel.

A través de la interacción que permite la lectura de los códigos QR y la movilización ciudadana, los integrantes del equipo Pla Estel, formado por Mireia Peris, Arnau Boix, Ara Muñío y Marc Déu, pretenden despertar la empatía de las instituciones públicas mediante la escenificación de un mensaje ético que es compartido por los ideales políticos de quien gobierna hoy la ciudad. De esta manera, la filosofía del proyecto podría resumirse en «diagnosis colectiva y empoderamiento ciudadano».

Mediante estos recuerdos, que se ponen en común a través de dinámicas de grupo, coordinadas por el equipo del Pla Estel, los vecinos buscan alternativas que puedan llevar a revitalizar la zona. Las experiencias vividas por algunos aportan posibles soluciones a los problemas que se padecen y exponen posibles formas de convivencia en las que se compatibilice la tranquilidad de los vecinos con la revitalización del barrio. «En definitiva, nos sirve para determinar qué barrio queremos y luego cómo conseguirlo», explicaban sus residentes.

Por otro lado, con este proyecto también se está denunciando implícitamente varios aspectos como «un modelo urbanístico basado en el crecimiento irracional que olvidó las necesidades reales de las ciudades e hipotecó el futuro de la generación posterior», el abandono del patrimonio o la falta de iniciativas de las instituciones.

Para septiembre, la asociación prepara una visita por el barrio en la que los códigos QR ya estarán presentes en distintos puntos y con la que esperan descubrir a pie muchas más cosas de una Ciutat Vella que sus propios vecinos desconocen.