La recaudación de los ayuntamientos de la Costera, la Canal y la Vall d´Albaida en concepto de IBI ha experimentado en los últimos ocho años un avance imparable. Los últimos datos proporcionados por el Instituto Valenciano de Estadística (IVE) reflejan que en 2014 el impuesto de la contribución „el principal ingreso de las administraciones locales junto a las transferencias del Estado„reportó de media un 89% más de fondos a los consistorios que en 2006, cuando la burbuja inmobiliaria comenzaba a presentar síntomas de hinchazón excesiva. Un cóctel de factores que gravitan en torno a las causas y consecuencias de la crisis financiera explican esta vertiginosa línea ascendente. El incremento desmesurado del parqué de viviendas en los municipios en base a unas previsiones de expansión urbanística desmedidas. Las recalificaciones masivas de terrenos rústicos a urbanos con vistas a desarrollar programas urbanísticos que nunca han llegado a ver la luz.
Los ayuntamientos de l´Horta recaudaron durante el pasado año más de 189,6 millones de euros por el Impuesto de Bienes Inmuebles de naturaleza urbana (los más numerosos). Se trata de una recaudación muy superior a la que solían obtener los consistorios al inicio de la crisis (en 2009, por ejemplo, ingresaron 152 millones de euros, un 23 % menos) pero que revierte una tendencia: son diez millones de euros menos que lo recaudado en 2013 (200 millones de euros), e incluso un millón menos que en 2012. Eso sí, en 2015 se han cobrado unos 9.000 recibos más que hace dos años por viviendas, garajes, trasteros y locales comerciales, y casi 6.000 más que en 2013. Es decir, hay más contribuyentes que nunca, pero también menos recaudación.
