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Premio 'envenenado'

Unos vecinos de Bétera dejan de cobrar 140.000 euros de la ONCE al recibir un cupón equivocado

El vendedor les dio por error el bono de la semana siguiente en lugar del día en que su número fue premiado - Estaban abonados desde el año 2000

Vicente Garay, con la reclamación a la ONCE, y su esposa. D.L.

Hay veces en que por mucho que uno la busque, la suerte pasa de largo. Eso es lo que deben pensar cuatro vecinos de Bétera que desde el año 2000 jugaban juntos un bono semanal del sorteo de la ONCE. El jueves 4 de octubre de 2012 parecía que la vida les había cambiado. El número 18.757, ese que tenían en sus manos, había sido agraciado con el primer premio: 140.000 euros a repartir, 35.000 por persona. Y, en aquel momento, sin impuestos que pagar al Estado, porque la ley que obliga a tributar el 20 % del premio aún no funcionaba.

Sin embargo, ninguno de los cuatro supuestos afortunados ha llegado a cobrar nada de aquel sorteo. ¿Por qué? El vendedor les había dado el bono de la semana posterior, la que iba del 8 al 14 de octubre, en lugar de la que iba del 1 al 7. Ninguno de los cuatro socios se había dado cuenta de ello. Después de doce años jugando, el día que por fin les tocaba el primer premio, por un error, se habían quedado sin él. Según Vicente Garay, uno de los afectados, «se produjo un fallo a la hora de suministrar los bonos por parte de la ONCE, y ellos deberían responsabilizarse». De hecho, la propia organización reconoce que esos bonos no fueron puestos a la venta y se quedaron en la reserva. Y eso mismo denunciaron Garay y sus compañeros para tratar de conseguir el cobro de un boleto que no tenían físicamente, pero al que pensaban que sí que habían jugado.

Para ello, acreditaron que habían jugado a ese mismo número desde hacía años con los propios resguardos de los bonos antiguos. Incluso una vez, el 23 de julio de 2007, les había tocado 600 euros.

Pero nada de esto ha servido. Tras ir a juicio, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha denegado la reclamación del bono cupón premiado. Es más, les ha condenado a pagar las costas del proceso, alrededor de 10.000 euros.

«Es una gran injusticia», sentencia Garay, que denuncia que en el juicio ni siquiera llamaron a declarar como testigo al vendedor, como ellos querían. «Ya no es por el dinero, queremos que se nos acabe dando la razón porque es lo justo», insiste.

Eso sí, pese a todo, Vicente Garay sigue siendo fiel al mismo vendedor y a día de hoy continúa jugando al mismo número.

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