El Consorcio de Residuos V5 (COR) tiene menos de un mes para encontrar un destino alternativo a las 66.000 toneladas de basura de la Costera, la Canal, la Safor, el Valle de Ayora y la Vall d'Albaida que hasta ahora se trataban en el vertedero de Fontcalent. El nuevo mapa de los residuos autorizado por la Conselleria de Medio Ambiente para poner fin al conflicto que sacude a la Vega Baja comporta una redistribución entre diversas plantas de tratamiento que se traducirá en un ahorro de más de 400.000 km en desplazamientos al año y en la llegada inminente de 45.000 t de deshechos de esta comarca a las instalaciones de Alicante.
El acuerdo se produce después de que la planta de Villena haya decidido no aceptar más envíos del Consorcio de la Vega Baja. La contrapartida es que Fontcalent dejará de recibir la basura del COR V5 con sede en Xàtiva. Como avanzó Levante-EMV la semana pasada, el ente que preside Roger Cerdà busca una alternativa para las toneladas cuyo destino ha quedado en el aire después de que el tripartito que gobierna el consistorio alicantino haya cerrado la puerta a seguir acogiendo en Fontcalent los desperdicios de las cinco comarcas del sur de Valencia, que comparten con la Vega Baja la ausencia de unas instalaciones propias de tratamiento.
La decisión „aceptada por la Generalitat„ ha cogido con el pie cambiado a los responsables del COR V5, que hace apenas medio año ya se vieron forzados a reducir a la mitad las 120.000 toneladas que el organismo mandaba a Fontcalent y no esperaban nuevos movimientos hasta 2017.
La Conselleria de Medio Ambiente, sin embargo, ha truncado estas previsiones al anunciar que los residuos de las 5 comarcas tendrán que gestionarse íntegramente dentro de la provincia de Valencia antes de que termine este mes. De hecho, el gobierno autonómico confía en que la nueva planificación en Alicante se materialice entre el 15 y el 21 de junio. En este escenario, fuentes de la conselleria ponen el foco en la existencia de un preacuerdo entre el COR V5 y el EMTRE para gestionar una parte de los residuos del territorio en la planta de tratamiento Manises, como garantía de una posible salida al entuerto. Este principio de entendimiento se remonta a finales de la anterior legislatura, cuando el COR planteó por primera vez la necesidad de reducir las aportaciones que, desde 2012, colapsaban el vertedero de Fontcalent.
