Francesc Arabí

Foto: Manuel Molines

Debe de ser usted el único taxista comunista de toda España.

¡Qué va! Hay más camaradas taxistas. Había una agrupación sindical del taxi de mayoría comunista cuando vine a Valencia. Un comunista, Félix Cañego, ha presidido la Federación Sindical del Taxi. Aunque es verdad que hay más compañeros conservadores. Hablas con ellos y ves la contradicción. Las doce o catorce horas de trabajo no encajan con el perfil de la clásica derecha. Sí que es verdad que muchos clientes se sorprenden cuando ven que no escuchas la COPE. Llevo cinco años y esta es una profesión saco, hay de todo. Cuando dejé lo del sindicato era demasiado joven para jubilarme y demasiado viejo para otros trabajos y al final recalé en el taxi.

¿Su reto es la reconstrucción o la resurrección del comunismo?

La reconstrucción, por supuesto. El partido está muy vivo. La labor de Marga Sanz ha sido muy positiva, ahora hay que seguir soldando las fisuras y heridas que siempre se producen en un organismo vivo y democrático. El partido será mucho más visible ante la sociedad. En nuestra apuesta política es fundamental la refundación iniciada en EU para acentuar la apertura social y pluralidad. Estamos a tope con la Convocatoria Ciutadana pel País Valencià.

A usted siempre lo han ubicado en el sector duro del PCPV. ¿Queda algún blando?

Nunca lo he entendido. Es verdad que me califican de sector duro, pero en el 80 el sector carrillista me mandó una carta de expulsión por socialdemócrata, por renovador, más o menos por ser un vendido. En el 84 de nuevo cogí el carné, ya en Valencia. No estaba a gusto fuera del partido. Me faltaba el debate político. Un partido como el PCPV crea adicción. Te da una visión del mundo, herramientas para analizar la sociedad e intentar cambiarla. Igual me consideran duro porque soy persona de convicciones y radical en la defensa del proyecto. Siempre he exigido a los responsables de la organización que apliquen las políticas aprobadas en los órganos del partido.

En un artículo citaba la frase de Lenin "La revolución no se hace, sino que se organiza". ¿No cree que hace falta más fe para esperar la revolución que para aguardar otra visita de Jesucristo?

No hay que esperar que venga nadie a salvarnos de nada ni varitas mágicas sino trabajar contra las desigualdades. La revolución es del pueblo. Nadie puede negar que el capitalismo ha agudizado las diferencias sociales y que los trabajadores pagan los desmanes de los poderosos. A escala mundial lo de Haití es una catástrofe sobre otra, sobre la miseria total. Es revelador del fracaso del capitalismo que por vez primera las generaciones actuales vivirán peor que sus padres. Es antinatural. En esta crisis económica, cultural y de valores, el comunismo se pone en pie para alumbrar una sociedad nueva.

En una Comunitat con 350.000 autónomos, ¿puede calar el discurso obrerista y revolucionario?

Con mucha dificultad. Pero la realidad pone los puntos sobre las íes. Muchos autónomos se están dando de baja porque no pueden soportar su situación. Además, hay muchos falsos autónomos, asalariados a los que se les obliga a asumir cargas de la seguridad social. Pactan la jornada y el sueldo; se les fuerza a estar en una situación de fraude de ley. La situación catastrófica de la Comunitat Valenciana exige una alternativa desde la izquierda transformadora contra la corrupción y el neoliberalismo.

¿Cree que para EU, la crisis económica es una oportunidad de intentar el complicado asalto al 5% para seguir en las Corts?

Creo que el 5% lo tenemos consolidado. La crisis es una ocasión para trabajar y explicar propuestas. Ademas, hace más visibles si cabe las vergüenzas del capitalismo. En la práctica, EU es el único partido que garantiza de verdad el tercer espacio frente al PP y al PSOE.

El PCE ha sido cantera de la izquierda, en especial del PSOE. ¿Por qué cree que se han ido tantos, por renuncia a los principios, por ganas de tocar poder..?

Hay de todo. Muchos estaban en el PCE en la clandestinidad porque no había otro sitio para luchar. En la Transición muchos vieron otros partidos en los que encajaban más y cambiaron de opción de forma natural. Pero otros pensaron que tenían que elegir entre El Corte Inglés -el PSOE- y Galerías Preciados, que era el PCE. Y optaron por El Corte Inglés. No todos los que se fueron al PSOE se han vendido al PSOE pero muchos sí.

El PCE está recogiendo firmas para pedir transparencia en las cuentas de la Casa Real. ¿Lo ve un problema prioritario?

La Casa Real recibe 9 millones de libre disponibilidad y ni los diputados, ni el Tribunal de Cuentas, ni la comisión de secretos oficiales saben cómo se gastan ese dinero. Pedimos las cuentas a una Monarquía no democrática que es el máximo exponente de un sistema enfermo que ha protegido abusos de las oligarquías económicas, mediáticas y eclesiásticas. Por eso apostamos por la Tercera República, por abrir un nuevo proceso constituyente.