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Ricardo Hernández Villaplana es un especialista en guías de cicloturismo de la Comunitat Valenciana. En 2007, publicó "Las Vías Verdes de la Comunidad Valenciana". En marzo de 2010, verá la luz "Las Vías Verdes de la Región de Murcia" y "La Vía Verde de Ojos Negros". En esta entrevista presenta su última obra "Guía de Cicloturismo de la Comunitat Valenciana", que Levante-EMV regalará los sábados y los domingos a sus lectores.

¿Con qué criterios ha diseñado las rutas de la colección?

He pretendido que fueran rutas para toda la familia, que se puedan hacer con los niños, para que los padres se los puedan llevar de excursión. También, hemos incluido las rutas que discurren por las vías verdes, los antiguos trazados del ferrocarril reconvertidos para hacer cicloturismo. Además, hemos cuidado mucho que se puedan realizar con una bicicleta híbrida, es decir, combinada entre montaña y carretera. Por tanto no se precisa tener una bici especial.

¿Cómo ha realizado la selección territorial de las 36 guías?

El primer objetivo es que hubiera propuestas de las tres provincias -Valencia, Alicante y Castelló-,y que se pudieran combinar las rutas urbanas con las de parajes naturales. En cada excursión hay un atractivo que va a gustar al cicloturista -un paraje natural, un atractivo cultural o un edificio de interés-, que por sí mismo justifica la escapada. Lógicamente hay bastantes excursiones por vías verdes, parajes y parques naturales como las que se desarrollan en la Calderona, el marjal Pego-Oliva, el Montgó, Penyagolosa, Irta o las Hoces del Cabriel pero también hay un serie de rutas urbanas o periurbanas como la de Valencia a El Saler, la de l'Albufera que parte de la capital o la del Cauce del Turia.

¿Qué aporta cada guía desde el punto de vista del viajero?

Un dato muy importante es que la gente no se va a perder. Las informaciones que figuran en el "road book" son las adecuadas para seguir bien el camino. Además, he diseñado las rutas por comarcas y de modo complementario. Así algunas excursiones cortas, por ejemplo Gandia-Oliva, que tiene 6 kilómetros, se puede conectar en el destino final con el inicio de otra ruta de la colección, la de Oliva-Pego, y a su vez, empalmar con la de Dénia. De esta forma, lo que pretendo es satisfacer todas las expectativas.

¿Son demasiado exigentes en cuanto a preparación física?

No, no hace falta una preparación previa para hacerlas. Eso sí, las primeras de la serie -las de las vías verdes de Ojos Negros, Xurra, Alcoi-La Canal, la Safor o Benicàssim- son fáciles y, si los lectores las completan, les van a permitir coger la forma necesaria para acometer las rutas finales, que son más duras.

¿Qué les aportarán a los excursionistas?

Todas tienen su encanto, su personalidad propia y un elemento histórico-cultural que justifica la visita a la zona. Además, muchas rutas van a sorprender a los valencianos, que no esperan encontrar rincones tan bellos como los que van a ver.

Usted es el único autor, de los textos y de las fotos, ¿las ha recorrido todas?

Sí, de hecho hay muchas que las he completado varias veces. Todas las he tenido que recorrer en las últimas semanas -específicamente- para escribir esta obra,para actualizar las fotos y la información, y también para realizar el perfil altimétrico, con el desnivel acumulado de cada excursión.

¿Por qué prefiere usted la bicicleta para viajar frente al coche o frente al senderismo?

La bicicleta te brinda el ritmo adecuado, ni muy rápido, del coche, ni más lento, a pie, para disfrutar del paisaje y estar en contacto con la naturaleza o el medio urbano. En bicicleta puedes saborear los paisajes y las posibilidades que te brinda son enormes. Por ende, en cada salida vas a conocer gente interesante.

¿Es cierto que su bicicleta tiene 27 años?

Sí, mi "Rabasa América" la compré en Jerez de la Frontera, en 1983. Con ella he hecho todos mis viajes. Le he añadido y realizado diversas mejoras. Por ejemplo, el carrete de la rueda delantera le fue colocado en marzo de 1988 en Ouagadogou (Burkina Faso); el portamaletas en agosto de 1993 en plena selva amazónica brasileña; y la suspensión delantera en septiembre de 2004 en Catarroja, por José Vicent.