¿Era necesaria la nueva selectividad?

Esto no es el final. Si en el ministerio tienen claro qué es lo que se está buscando, creo que la fórmula no se ha acabado de encontrar y habrá cambios. Pensemos en la incorporación de la gente de formación profesional de grado superior. ¿Cómo se producirá?

¿Los estudiantes llegan con una formación adecuada a la universidad?

Son diferentes a los que llegaban en los 70, como no puede ser de otra forma. Están inmersos en la cultura digital. Habrá quién pensará que es magnífico y otros, un desafío. Eso es un hecho, son nativos digitales. Tienen una facilidad para buscar, localizar materiales, moverse en las redes sociales. Pero en el instituto y en la universidad se encuentran con unos profesores que somos migrantes digitales. Nos resulta difícil pensar cómo se puede aprovechar las potencialidades de esta cultura digital en el ámbito de la enseñanza universitaria. Realizamos proyectos, avances. No es sólo en España. Un segundo rasgo es que tienen una visión de su compromiso con la universidad que es flexible. Se puede traducir en: "no tiene clara la conexión entre la carrera que va a realizar y su futuro profesional". Desde ese punto de vista, su compromiso no es el de otras generaciones que sabían que trabajarían de esto toda la vida. Para los de ahora es natural ir a la universidad. Tercer rasgo: los padres les han dejado una enorme libertad no sólo para elegir la carrera que quieran sino para marcar su ritmo de trabajo, no hay una presión para acabar en el menor tiempo posible, no hay presión familiar o social. Antes, la necesidad apretaba y había que acabar cuanto antes. ¿Qué sucederá ahora que estamos en la crisis?

¿Los universitarios españoles continuan sin saber inglés?

Lo que dicen los profesores es que se encuentran ya con estudiantes que tienen competencias en inglés bastante altas que se incorporan a la dinámica de recibir clases en esta lengua. Creo que tiene mucho de mitología. No quiere decir que todos los estudiantes en España tengan el dominio del inglés que tienen los alemanes, por tradición, pero ha cambiado radicalmente. Los chavales de instituto preparan sus viajes de verano para irse a Inglaterra, Irlanda. Los padres son conscientes de la importancia de aprender el inglés.

¿Tenían razón con sus protestas los estudiantes antibolonia?

En principio, no tendría qué ver, pero es cierto que en la sociedad española la fragmentación del sistema educativo en público, privado y concertado está fomentando desigualdades educativas importantes. Creo que, a veces, se piensa que la educación es un factor de igualación y esa fragmentación incide en desigualdades. Siempre he sido crítico con Bolonia. Una cosa es la crítica, el debate, y otra el rechazo que se produjo y las razones por las que se produjeron.

¿Se habló de mercantilización y de que las empresas decidirían las carreras?

Lo de la mercantilización, el tiempo ha demostrado que no estamos en un proceso de mercantilización. ¿Dónde están esas empresas que iban a privatizar la universidad, a comprarla? La crisis nos ha demostrado, en esta comunidad, que la universidad puede ser útil en investigación, que no tienen un ecosistema empresarial y productivo capaz de absorberla para dinamizar la economía. En lo que estaban los empresarios era en la construcción, no en esa economía del conocimiento, de la sostenibilidad. No había, y no hay, un nicho económico dinámico, vinculado a la innovación y la creatividad del tejido productivo capaz de absorber los avances en investigación que produce la universidad. Los avances de nuestros investigadores los están aprovechando otras regiones. Los antibolonia no tenían ninguna razón.

También creían que supondría un incremento de las tasas

Se podría decir que ante el comportamiento de algunas comunidades autónomas sí, porque algunas lo han aprovechado para subir tasas, pero no hay ningún documento que diga que se tenían que subir las tasas, al contrario. El proceso de Bolonia ha desarrollado la dimensión social. A la universidad hoy no llegan de una manera equitativa los hijos de las clases media altas y los hijos de las clases media bajas y eso no sólo es una injusticia, es una gran pérdida en términos de capacidades para la sociedad.Se da, cada vez más, una política de becas para corrección de las asimetrías. Los hijos de clase media alta con nivel educativo alto consiguen llegar a la universidad en un 70% mientras que los hijos de clase media baja, no.

«La implantación de Bolonia va lenta y fragmentada»

No se ha cumplido el plazo. La reforma de Bolonia debía estar en 2010.

El proceso en España ha ido muy lento, desde el año 1999. En aquel momento, la coyuntura económica era buena, por lo que la posibilidad de que se hubieran destinado fondos adicionales para implantar este proceso en España tenía un grado de probabilidad que ahora no tiene. Esos años perdidos han sido muy importantes, también desde la generación de los recursos. Esto va lento.

¿Se pueden implantar los nuevos grados a coste cero?

Coste cero siempre lo han hablado el ministerio y la Generalitat pero nunca las universidades. Siempre dijeron que sin financiación adecuada era imposible. Un informe ministerial sobre financiación universitaria hablaba de poner 800 millones de euros. Se ha sido consciente aún cuando luego se lanzó el mensaje de que aquellas titulaciones que tienen poca demanda por aquellas que tienen muchas; generar una especie de equilibrio ficticio, puesto que tu no puedes transferir el profesorado de un área de química a Filología, no hay posibilidad. La necesidad de financiación es ineludible.

¿Por qué las universidades europeas deben converger y tener todas los grados?

El proceso debía concurrir en un tiempo rápido para una cierta armonización de los sistemas europeos y eso tenía que suceder en la estructura de grado, master y doctorado. Esto no sólo ha sido lento sino que hay una cierta fragmentación a nivel europeo. Queda un camino importante por recorre en la duración de los grado en tres o en cuatro años, y en el desarrollo de los doctorados en relación con los master.