El mayor gesto de solidaridad y entrega que una persona puede hacer por otra solo se concibe en una dirección: del que tiene más edad al que tiene menos. De padres a hijos, pero nunca al revés. "De alguna manera ética, se sacrifica una persona mayor para que una persona joven viva, pero no al contrario". La coordinadora del programa de trasplantes del hospital La Fe, Puri Gironés, afirma que desde que la laparoscopia -cirugía mínimamente invasiva- se comenzó a utilizar para extraer un riñón e implantarlo, los trasplantes de donante vivo de este órgano comenzaron a proliferar. Desde que se consolidó el nuevo y más fácil abordaje quirúrgico, en 2009, La Fe ha realizado 38 trasplantes con órganos de donante vivo: cinco en niños que recibieron una porción de hígado de sus padres. Los 27 restantes fueron de riñón, tanto infantiles como adultos.

María José Jordá tuvo poco que reflexionar cuando supo que su hija Eva de 8 meses necesitaba parte del hígado de un donante vivo para esquivar el cáncer que sufría con solo ocho meses de vida. Ellas fueron las primeras protagonistas de esta nueva modalidad de captación de hígado en personas vivas que solo se practica en niños. Era la primavera de 2009. La niña se mantiene con vida gracias al gesto de amor incondicional de su madre que le cedió un cuarto de su hígado

En este caso la intervención no fue con laparoscopia, sino con una cirugía de temple y tiempo, y el éxito abrió la puerta a futuras operaciones. Hasta cinco casos infantiles, aunque alguno de los niños, desgraciadamente, no sobrevivió.

Sin embargo, el reloj del futuro apunta hacia el donante en vivo, sobre todo para agilizar la lista de los enfermos de riñón a la espera de trasplante que son 280 en La Fe.

401 personas, en lista de espera

En total, en el hospital hay 401 personas pendientes de recibir una llamada de tinte casi milagroso por la situación tan límite en la que se encuentran: 80 de ellos -tres niños, esperan un trasplante de hígado; 10 de corazón; 31, un pulmón y 280 -5 niños- un riñón.

La Fe ha descartado, de momento, la captación de donante vivo de hígado para un trasplante adulto, "porque la morbilidad y mortalidad del donante no es tan óptima como en el renal", apunta Puri Gironés que indica que este año ya se han hecho 12 trasplantes de riñón de donante vivo, tres en junio: de madre a hijo, entre hermanos y entre esposos.

Ante la caída de donaciones de órganos de cadáver, al reducirse los accidentes de tráfico y aumentar la supervivencia de los lesionados, el equipo de La Fe es consciente de que el futuro del trasplante pasa por el donante vivo, sobre todo en riñón. De hecho, el objetivo es hacer 22 de donante vivo al año.

La coordinadora destaca que esta modalidad también es la mejor solución para el trasplante hepático infantil, "porque obtener donantes adecuados es muy complicado, dada la baja incidencia de fallecimientos por muerte encefálica en este grupo de pacientes".

En el último caso programado, en junio de este año, el padre del menor ya estaba ingresado y la víspera de la extracción llegó el órgano de un donante cadáver, un situación muy infrecuente, sobre todo en niños.