Una exposición del Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia «Restes de Vida, Restes de Mort» exhibe en el Museu Valencià de la Festa de Algemesí una muestra de los ritos funerarios presentes en la Comunidad Valenciana.

La propuesta, que permanecerá hasta el 22 de junio, aborda, por primera vez en la Comunitat Valenciana, una revisión exhaustiva sobre la arqueología de la muerte. Con esta exposición, el Museo de Prehistoria «sintetizó su conocimiento sobre las sociedades prehistóricas a través de los avances en el campo de la arqueología funeraria y de la osteoarqueología, en el ámbito de nuestras tierras» resalta Begoña Soler, comisaria de la exposición.

«Un legado valiosísimo»

«Desde una perspectiva científica, la arqueología funeraria ayuda a entender los comportamientos sociales y culturales de nuestros antepasados, a través de los diversos elementos y formas de enterramiento y de los propios restos. Todo ello resulta un legado de información valiosísimo que permite conocer hoy no solo su muerte sino también cómo fue su vida», explica la comisaria de la muestra. Fuentes del Museo de Prehistoria destacaron que desde un punto de vista divulgativo, «la muerte, como último rito de paso del ciclo vital, es un universal de la cultura que por su trascendencia, ya desde los albores de la humanidad, ha interesado e inquietado a los seres humanos».

En este sentido, la muerte y su relación con la vida es el hilo argumental de esta exposición. «Restos de muerte que hablan y explican los diferentes momentos de la vida de algunas personas que la arqueología ha recuperado para el presente», apuntó Soler.

«Restes de vida, restes de mort» nació con vocación de ser itinerante para exhibir sus conclusiones en otras salas expositivas arqueológicas. Tras su estreno y apertura en el Museo de Prehistoria de Valencia en 2010, la exposición ha recorrido espacios culturales de diversos municipios como Xàtiva, Buñol, Elx, Requena, Alzira, Benicarló o Gandia, entre otros. La exposición también visitará la Casa de Cultura de Ontinyent y la Casa de Cultura de Tavernes de Valldigna.