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Subvenciones

Las ayudas de Bancaja a la exclusión social valenciana ya duplican a las de países pobres

El programa nacido para impulsar la cooperación internacional se adapta a la realidad y pasa a destinar el 70 % a proyectos valencianos

Las ayudas de Bancaja a la exclusión social valenciana ya duplican a las de países pobres

El hecho es, ante todo, simbólico y revelador del momento crítico por el que atraviesan los más débiles. Las ayudas de la Fundación Bancaja que nacieron hace trece años para subvencionar la cooperación al desarrollo de los países pobres y que luego, en 2008, se reconvirtieron en un programa para ayudar a los inmigrantes que residían en España, han redirigido sus prioridades. Y miran más a casa. En la última edición que acaba de fallarse, la convocatoria de la Fundación Bancaja Coopera ONG destina el 70 % de sus fondos al respaldo de proyectos contra la exclusión social en el interior de la Comunitat Valenciana. Doce programas relacionados con familias sin recursos e infancia, once proyectos destinados a parados de larga duración en las comarcas valencianas, ocho iniciativas concebidas para ayudar a las personas sin hogar y a los que sufren adicciones, siete proyectos para inmigrantes y uno dedicado a la población reclusa y exreclusa.

Estos 39 proyectos, que recibirán 296.600 euros de la convocatoria, superan en más del doble las subvenciones consignadas para 16 proyectos de cooperación al desarrollo internacional. A los países en desarrollo se circunscribe el 29,4 % del total de ayudas, con destino a Costa de Marfil, Mozambique, Etiopía, El Salvador, Bolivia, India, Ecuador, Palestina, República Dominicana, Haití o Guatemala. Los proyectos destinados a este sector se centran en el apoyo a la atención primaria en salud o salud preventiva, apoyo a la educación formal y no formal, e infraestructuras básicas.

«El programa nació sólo para atender la cooperación al desarrollo, pero con la crisis se ha ampliado la tipología de proyectos beneficiarios. Nos hemos adaptado a la realidad y a la evolución de la sociedad», explica una portavoz de la Fundación Bancaja.

La tendencia es clara. El año pasado, las ayudas volcadas a la exclusión social local absorbieron el 58 % de las ayudas: 361.000 de los 641.000 euros totales. Este año, concentran el 70,6 %: 296.000 de los 420.000 euros aportados. La mitad del presupuesto procede de los beneficios obtenidos por Bankia con su Tarjeta ONG, asociada a Fundación Bancaja. El resto se completa con una aportación adicional de Bankia.

Un ejemplo de las ayudas, y de la nueva orientación del programa la representa la asociación Iniciatives Solidàries. Especializada en ayudar a jóvenes en riesgo de exclusión social y a personas que están o han estado privadas de libertad, la ONG valenciana intenta servir de «nexo» entre las empresas y los jóvenes con perfiles que pueden entrañar dificultades: chicas que han nacido en familias monoparentales, chavales parados de larga duración, jóvenes en libertad vigilada, reclusos y exreclusos. «Queremos dotarlos de herramientas y, al mismo tiempo, sensibilizar al sector empresarial para que acepte a este colectivo y vea que estos chicos pueden estar en cualquier puesto de trabajo», explica Joan Pérez, responsable de programas de empleo de Iniciatives Solidàries.

Bryan, el chico que ya trabaja

Uno de los beneficiarios de su programa de inserción sociolaboral ha sido Bryan. Entró en Iniciatives Solidàries con 17 años. Ahora tiene 22. «Aquí me he sacado el graduado y cursos de carretillero, de plataformas elevadoras, de placas solares, de manipulador de alimentos? Antes tenía una mentalidad completamente diferente a la que tengo ahora. Ahora estoy más centrado. Y sé lo que tengo que hacer para buscar trabajo o incluso para empezar a trabajar», cuenta Bryan. A la gala de entrega de las subvenciones no ha podido acudir. Por la mejor razón posible: ya está trabajando.

Otros proyectos buscan ayudar a gente con VIH en exclusión social, a mujeres gestantes, a personas con empleo vulnerable, a reclusos que puedan tener alternativas a la prisión, a menores en riesgo, a mujeres del barrio de Nazaret, al empleo de la población gitana, a un centro de día para drogodependientes, a la lucha contra la pobreza infantil en la Comunitat Valenciana o a ludópatas patológicos. El cuarto mundo „la población desprotegida en los países ricos„ avanza en Valencia.

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