Los sensores químicos de las antenas de los mosquitos son los que detectan la mejor «presa» o el más apetitoso «donante involuntario» de sangre con la que alimentarse para fertilizar sus huevos. Son las hembras, en estado gestante, las que atraviesan la piel de su víctima con su afilada trompa (como una fina aguja) y succionan la sangre para nutrirse de sus proteínas en su proceso de procreación. Hasta aquí, el relato de cómo estos dípteros se abastecen de alimento queda de documental de la Dos. Otra cosa es lo que ocurre tras la picadura, cuando la hembra para perforar la piel y extraer su anhelado alimento inyecta pequeñas cantidades de su saliva en la capas profundas de la piel de la víctima para bloquear el proceso de hemostasia „coagulación„que, además, es lo que causa la picazón a la víctima.
Este pasado mes de julio, 18.250 personas han solicitado algún tipo de asistencia sanitaria por picaduras „de mosquitos y otros insectos„ y aunque la mayor parte han sido atendidas en los centros de salud, un número nada desdeñable de ciudadanos, 417 en total, han tenido que acudir a urgencias. Los datos facilitados a Levante-EMV por la Conselleria de Sanidad Universal indican que en La Fe solo en julio se atendieron 200 casos, en el Peset 9, en el Clínico, 6, en el Arnau uno, en el General de Alicante 126 personas y en el de Elx, 75.
Solo un menor tuvo que ser hospitalizado en Castelló con una infección ocasionada por las heridas que se hizo a si mismo al rascarse. De hecho, este verano no ha sido infrecuente ver a personas cuya piel se ha convertido en viveros de ronchas e hinchazón.
El departamento que dirige Carmen Montón indicó que el número de atenciones realizadas en la provincia de Alicante (4.878 en julio) son similares a las de otros años, aunque no ocurre lo mismo en Castelló donde este verano se ha producido un aumento de afectados por picaduras con1.959 atenciones (en Vinarós 520; en la Plana, 1.343 y en Castelló, 96).
Las farmacias han tenido que reponer este año en varias ocasiones los productos específicamente concebidos para repeler a los mosquitos, ante la gran demanda suscitada por el aumento de casos. Los productos estrella son las pulseras de citronella y las de ultrasonidos que ahuyentan a los mosquitos, así como los sprays y los lápices de amoníaco para mitigar el prurito que se han acabado en los hipermercados.
