Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Impuesto de Bienes Inmuebles

Ciento setenta y nueve consistorios valencianos rebajan la presión fiscal sobre el IBI en año electoral

Los registros del Catastro confirman que pequeñas, medianas y grandes poblaciones han recortado el impuesto sobre bienes de naturaleza urbana

Los residentes de más de 175 municipios emplazados en la Comunitat Valenciana —179 concretamente— vieron como sus ayuntamientos rebajaron el tipo impositivo que marca la evolución del Impuesto Sobre Bienes Inmuebles (IBI) durante el último año. Así lo atestiguan los últimos datos que ha hecho públicos la Dirección General del Catastro. Convertido durante la crisis en una de las principales fuentes de financiación de las maltrechas arcas municipales —fue una de las tasas del marco tributario valenciano que más se incrementó entre 2008 y 2014— la reducción del IBI registrada en el último año viene marcada por diferentes razones. No es una tendencia nueva, pero los datos permiten observar que sí se ha acentuado.

Vayamos por partes. Cuando comenzaron las turbulencias económicas, los consistorios valencianos gozaban en su inmensa mayoría de una buena salud económica sustentada, en parte, por los ingresos ligados al ladrillo. El Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) y las tasas urbanísticas aportaban pingües cantidades de dinero. Pero la burbuja estalló y los fondos relacionados con el cemento fueron menguando de manera progresiva. ¿Qué hicieron entonces las entidades locales para tratar de cuadrar sus cuentas? Muchas, incrementaron el tipo impositivo del IBI en las propiedades de naturaleza urbana. Ahora, con la recuperación empezando a verse reflejada en los grandes números, los ayuntamientos han decidido aflojar un poco el cinturón de un impuesto que también es conocido como la contribución. Algo que agradecerán los ciudadanos.

Los recibos del IBI se calculan en función de dos variables. La primera es el tipo impositivo. Los ayuntamientos fijan un porcentaje que oscila, por ley, entre el 0,4% y el 1,1%. No obstante, esa cifra puede incrementarse en algunos casos. En concreto, en las capitales de provincia, en las localidades que dispongan de servicio de transporte público colectivo de superficie y en las poblaciones que presten más servicios que los recogidos en la Ley reguladora de las bases de régimen local. Todas ellas pueden aumentar el tipo de gravamen hasta un máximo de un 0,07% en los dos primeros casos, y un 0,06% en el tercero, tal y como refleja la normativa.

Los datos confirman que hablamos de una medida que se ha adoptado en todo tipo de localidades. Pequeñas poblaciones como Antella, grandes núcleos como Torrent o capitales de provincia como Castelló han optado por esta medida. El tamaño, quizá, no ha sido na razón clave. Y tampoco podemos olvidarnos del contexto político. En un año de elecciones generales, la bajada del IBI puede verse como un gesto al ciudadano. Todo cuenta en una carrera electoral que parece no haber acabado. Que podría tener segunda vuelta.

Compartir el artículo

stats