Las relaciones entre la cúpula del Partido Popular valenciano y la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, están tensas. El mismo roce que acentúa el cariño contribuye a convertir las rupturas en tragedias. Más aún cuando hay una investigación de por medio sobre blanqueo de capitales y presunta financiación ilegal del PP en la ciudad de Valencia para la campaña electoral, que afecta de pleno a Barberá, y la cúpula del partido guarda prudente distancia sanitaria. Como contó ayer Levante-EMV, el malestar de la exalcaldesa con Isabel Bonig llevó a la primera a enviar un mensaje de queja a la líder del PP en el que le reprochaba que la hubiera instado a dar explicaciones.

El SMS que le remitió y reenvió como wasap también a los presidentes provinciales de Valencia, Vicente Betoret, y Alicante, José Císcar, tenía una segunda parte. Muchísimo más elevada de tono y en el que una Rita Barberá enfurecida amenazaba con tirar de la manta. «Cuidado con lo que decís», fue el aviso de Barberá a Bonig, a la que venía a acusar, al igual que a Betoret, de deslealtad. «Recordad por qué estáis ahí, porque yo di la cara por vosotros», espetó Barberá a Bonig en su SMS del 2 de febrero, remitido después de que Isabel Bonig declaró en rueda de prensa que de encontrarse en la situación política de la senadora ella «saldría y daría explicaciones».

El enfado de Rita Barberá fue monumental. Y Bonig se tomó el mensaje como una amenaza en toda regla. El tono de la comunicación „las palabras de Barberá obtuvieron el silencio por respuesta„contribuyó decisivamente a la ruptura de relaciones entre la presidenta regional del partido y la que, hasta estallar el escándalo era una de las principales valedoras y hasta admiradoras de la conocida como la Thatcher de la Vall d´Uixó.

Además de trasladarles sus quejas airadas porque «no me merezco esto», Rita Barberá quiso lanzarles el aviso de que la situación creada y estar acorralada por el escándalo de la presunta financiación ilegal sin el apoyo de su partido lejos de hacer que se arredre, le da «fuerza». «Me habéis activado», trasladó la exalcaldesa a la máximo dirigente del PP regional.

El mensaje de móvil de Barberá era el único contacto mantenido con Isabel Bonig desde que estalló el escándalo y la crisis del partido, con un foco localizado en la ciudad, hasta que anteayer se produjo un nuevo contacto. También vía wasap. Al menos en las comunicaciones internas, el PP sí parece haberse renovado y haber optado decididamente por la mensajería de móvil, en vez de las llamadas de voz.