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Del «crematorio» del Bovalar a un asalto más que sospechoso

El jueves 28 de abril de 2005 algo comenzó a oler a chamusquina en Ciegsa. A las 23.46 horas se declaraba un incendio en un almacén del polígono industrial del Bovalar de Alaquàs en el que ardieron cientos de documentos de la empresa pública, ordenadores y material informático. Hacía dos meses que la sociedad había empezado a trasladar allí sus archivos. Dicha nave también guardaba toneladas de mobiliario escolar. Tras 22 horas ardiendo, las llamas convirtieron en cenizas este almacén de 1.500 m2. Luego trascendió que el fuego había sido intencionado. Por aquel entonces la diputada socialista Ana Noguera a la cabeza denunciaba que en cuatro años la firma pública ya acumulaba 2.000 millones en deudas y otros 100 en sobrecostes. Quince días después, el fin de semana 14 al 15 de mayo, unos desconocidos asaltaban la sede de Ciegsa en la céntrica calle Pintor Sorolla de Valencia sin forzar la puerta blindada de la entrada. La alarma no estaba conectada. Las puertas de unos 10 despachos aparecieron reventadas. R. M. valencia

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