? Las ventajas tanto para paciente como para cirujano de implantar la tecnología mínimamente invasiva del Da Vinci son indudables, pero este equipamiento, el último avance en el área quirúrgica, tiene un gran problema: su alto coste. El equipo implantado en IMED Valencia ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros lo que hace inviable que, por ahora, esta tecnología tenga cabida en la sanidad pública. De hecho, fuentes de la distribuidora aseguraron ayer que, pese a que han tenido conversaciones con la Generalitat Valenciana, estas no tienen visos de fructificar.