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Reivindicaciones

"Queremos que se establezca una definición de animales de compañía"

Los rehaleros exigen una normativa estatal para diferenciar los canes de caza del resto y unificar calendarios de vacunación o desparasitación

"Queremos que se establezca una definición de animales de compañía"

La rehala es el equipo de perros utilizado para la caza de montería y quienes practican esta afición aseguran que está en peligro de extinción por la presión que ejercen los animalistas y por la falta de ayuda institucional.

Las principales organizaciones vinculadas al ámbito rural de la Comunitat Valenciana han decidido unir sus fuerzas y sumarse a la manifestación promovida por la Federación de Caza de la Comunitat Valenciana que recorrerá las calles de Valencia el próximo 26 de mayo con el objeto de denunciar la discriminación que sufre el mundo rural y exigir a las administraciones un cambio en sus políticas. Y la Asociación de rehalas regionales Caza y Libertad (Arrecal) estará presente tras adherirse al movimiento.

Los rehaleros lamentan, de entrada, que los animalistas les acusen de «maltrato animal» y para continuar exigen una normativa estatal para unificar criterios que ahora «dependen de cada comunidad autónoma que establece calendarios distintos de vacunación o desparasitación, por ejemplo», asegura el presidente de Arrecal, Pedro Pérez.

Sin embargo, «el primer paso debe ser establecer una definición de animales de compañía que distinga el fin para el que se emplean o el lugar en el que habiten». Y es que la singularidad de los perros de caza, y muy en especial de los canes incluidos en rehalas, se basa primero en que su lugar de residencia habitual que son los núcleos zoológicos de tipo de perrera deportiva.

Inseguridad jurídica

Así, la inclusión de forma genérica de los perros de caza dentro de la definición de animales de compañía conlleva situaciones de inseguridad jurídica a sus propietarios, según aseguran desde la entidad.

«Nosotros censamos los perros pero no es lo mismo un animal que se emplea para la producción que un animal de compañía. Nosotros no entendemos el cuidado de un perro encerrado en un piso, sin correr y con un jersey cuando sale a pasear con correa. Eso no es un perro. Nosotros cuidamos a nuestros perros. Los alimentamos, los tenemos en un estado confortable y en unas instalaciones dadas de alta y homologadas», explica Pérez.

Además, el presidente de Arrecal asegura que los rehaleros están expuestos a continuos controles. Sin embargo, lamenta que los animalistas «vayan a por nosotros, sin razón alguna porque cuidamos a nuestros perros, sin ellos está afición no tiene sentido y hay que tener en cuenta que solo el 10 % se dedica a esto de forma profesional».

Mucho ha cambiado el panorama desde que Pedro Pérez empezó a salir de caza mayor con su rehala, hace 30 años. «Antes era diferente. Salías a disfrutar con una cuadrilla de amigos. Ahora el problema es que se creen que esto es un trabajo o una profesión. Pero no es así, es afición y la llevas dentro, te tiene que venir en los genes y es muy sacrificada».

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