La temperatura interior de los edificios varía mucho en un mismo municipio

Imagen de archivo en edificio de oficinas.

Imagen de archivo en edificio de oficinas. / Pexels

Gerard Taulé

La temperatura interior de los edificios varía mucho en un mismo municipio o municipio cercano. Es conocido por todo el mundo que la parte más elevada de los edificios y orientada al sur es más caliente que la parte de los habitáculos más baja y orientada al norte. También la temperatura depende del aislamiento del edificio. Así el día 8 de abril de 2024 observamos temperaturas de 17ºC en la planta baja de una casa de Salt mientras que en lo alto de un edificio de Girona la temperatura era de 25ºC. Las necesidades de calefacción y refrigeración por tanto varían mucho dentro de un mismo municipio o en municipios cercanos y no sólo por efecto de las variaciones de temperatura que se observan en el exterior y también por la misma isla de calor urbano y por los microclimas de un municipio y uno adyacente. También el aislamiento de una vivienda que según el código técnico de edificación varía de A a G, es mejor en A, donde las necesidades de climatización son mucho menores que en las viviendas con código G. Desgraciadamente en España la mayoría de viviendas tienen un aislamiento térmico pobre, entre E y G, pero hace pocos años el gobierno estatal emitió una ley que obligaba a las empresas de construcción a hacer viviendas con un mejor aislamiento térmico. La parte más alta de las viviendas y edificios es más cálida que las viviendas más bajas ya que está debajo del tejado que recibe la radiación solar de lleno y durante todo el día, lo que calienta mucho el interior de la vivienda. Por el contrario, en las partes inferiores no reciben la radiación solar durante tantas horas. También influyen otros factores en la temperatura interna de los edificios, como la cantidad de personas que haya en un habitáculo, lo que puede incrementar claramente la temperatura de éste ya que las personas desprenden calor metabólico que calienta el aire. Esto se debe no sólo por la temperatura interna del cuerpo, 36,5ºC, sino por el dióxido de carbono que exhalamos en la respiración, lo que incrementa la temperatura de una vivienda o de un edificio cerrado determinado.