A pesar de que su rentabilidad continúa en entredicho, las nuevas plantaciones de paraguayos se han disparado en la Vall d'Albaida en paralelo a la creciente oferta de un cultivo que gana enteros en la comarca, en contraposición al descenso de otras cosechas tradicionales como el albaricoque. Simón Copoví, gerente de la cooperativa Camp Llutxent-Otos, augura que en 4 años el paraguayo podría alcanzar una producción de 300 millones de kilos, similar al caqui, cuyo despegue permanece cercado en la Vall por la competencia de la Denominación de Origen de la Ribera. Miquel Oltra, exdirigente de La Unió, recuerda que la campaña del año pasado fue «catastrófica» para los frutales —predominantes en la comarca— debido a la sequía, que dejó a los productores «descapitalizados y endeudados». Oltra sostiene que la Vall requiere un cambio varietal hacia nuevos cultivos que permitan obtener rentabilidad.
