Se llamaba Jovino Fernández Díaz y murió fusilado el 28 de julio de 1939 en los muros del cementerio de Paterna. 76 años más tarde, «el Paredón de España» será testigo del primer homenaje institucional que se le rinde al último alcalde de Xàtiva durante la etapa republicana. Una ofrenda floral y unos parlamentos recordarán a este ferroviario natural de Asturias, afiliado a UGT y represaliado tras el golpe militar que puso fin a la democracia.

El acto de desagravio impulsado por el equipo de gobierno se celebra esta mañana junto a la fosa común donde descansan los restos de Jovino. Una delegación de representantes municipales, encabezada por Miquel Lorente (EU) como alcalde en funciones, presenciará el evento. También han confirmado su asistencia los tenientes de alcalde Ignacio Reig y Xelo Angulo (PSPV), además de otros miembros del equipo de gobierno, que estarán acompañados del alcalde de Paterna, Juan Antonio Sagredo y diversos familiares nietos del represaliado. Éstos últimos descartan por el momento la exhumación del cuerpo, debido al elevado coste de la operación.

El regidor Miquel Lorente ha puesto en valor la actuación de Fernández Díaz al frente del Consejo Municipal que tomó las riendas del ayuntamiento de manera excepcional a raíz de la Guerra Civil, entre 1937 y 1939, y ha rescatado del archivo municipal todo rastro de su etapa como alcalde: los oficios firmados durante su época de mando, el acta de posesión y la primera sesión del pleno con este como máximo representante de la ciudad y el acta de la última sesión, antes de que las tropas franquistas entraran en Xàtiva. Lorente ve en el homenaje un paso más en la recuperación de la memoria histórica de la ciudad.

Encarcelado y sentenciado

Fernández Díaz tuvo que lidiar con el bombardeo de la aviación italiana sobre la estación de Xàtiva que, en los últimos compases de la guerra, dejó 145 muertos y más de 200 heridos. Una misiva enviada al gobernador civil de Valencia refleja la consternación que se adueñó de la ciudad y de sus gobernantes como consecuencia de la brutalidad del desproporcionado e innecesario ataque.

Jovino ejerció el cargo hasta un día después de la ocupación militar de Xàtiva por las fuerzas rebeldes. El 30 de marzo de 1939, el ferroviario dejó el consistorio en manos de una comisión de falangistas y, a continuación, se incorporó a su puesto de trabajo en la estación de trenes. No tardó en ser detenido. Tras un breve paso por la prisión de San Miguel de los Reyes, quedó sentenciado a muerte en un juicio sumarísimo celebrado un 15 de julio. Tenía 41 años.