El Ballet de Teatres anda revuelto. Y no sólo porque estos días se encuentre realizando audiciones para la incorporación de nuevos bailarines sino porque algunos de los actuales miembros de su plantilla han denunciado irregularidades, malas formas y amenazas por parte de la propia directora de Teatres de la Generalitat, Inmaculada Gil Lázaro, a su vez directora artística de la compañía.

Así lo han reconocido fuentes del comité de empresa del organismo de la Generalitat quienes aseguran que en el Ballet se vive un "régimen de terror" y para muchos de sus integrantes es "un infierno".

Las anomalías, que se suman a una gestión económica que lastra a Teatres ya que adeuda cerca de ocho millones de euros, según la propia Intervención de la Generalitat, fue denunciada por un grupo de bailarines al comité de empresa y las secciones sindicales. Según estos, las irregularidades se encuentran tanto en sus contratos como en sus horarios de trabajo, jornadas de ensayos y descansos. Todos estos hechos fueron puestos en conocimiento de Comisiones Obreras quien, según las mismas fuentes, se dirigió a Gil Lázaro reclamando un estricto cumplimiento de la normativa. Al parecer, y según las mismas fuentes, un grupo de bailarines se alió con la responsable del ente autonómico y desde entonces el resto entró en desgracia hasta su amenaza de despido.

El Ballet de Teatres contrata de forma anual a su cuerpo de baile y cada año sus contratos son rescindidos y vueltos a renovar.

Fuentes del comité de empresa reconocían a Levante-EMV que las formas han llegado hasta extremos insospechados. "Hace lo que quiere con ellos porque saben que si no los despide", comentó a este diario un representante sindical quien estimó en 1.400 euros brutos los emolumentos mensuales que percibían los integrantes del cuerpo de baile.

Este periódico intentó ayer conocer la opinión de Teatres de la Generalitat aunque sin éxito.

El Ballet de Teatres- también dispone de fotógrafo oficial que ejerce como asesor- era creado por Inmaculada Gil-Lázaro, hermana de diputado del PP Ignacio Gil-Lázaro, durante su etapa al frente del Centro Coreográfico de la Generalitat Valenciana y antes de su fulgurante ascenso a la dirección general del organismo de la mano de Esteban González Pons. Pocos conoces su presupuesto y gastos, al igual que los emolumentos del coreógrafo que trabaja para él, Ramón Oller, nombrado por la propia Gil- Lázaro. Algunas fuentes, sin embargo, estiman que su coste es de un millón de euros anuales.

Mientras estos sucede, dentro del plan de recolocación de cargos de la Generalitat, dos nuevos han llegado a Teatres de la Generalitat. Uno de ellos es Ernesto Moreno, hasta hace poco director económico del Palau de les Arts. Moreno fue destituido de su cargo a fin de que su plaza fuera ocupada por Concha Gómez, ex Secretaria Autonómica de Educación durante la pasada legislatura. El segundo es el ex diputado autonómico y abogado Felipe del Baño. Los dos han sido recolocados en la sede del Centro Coreográfico de la Generalitat ubicado en Burjassot. El primero ocupa la plaza de subdirector y el segundo figura como asesor. Ambos, según fuentes consultadas por este diario, tienen contrato de alta dirección.