Obras de Hindemith y Orff

palau de la música (valencia)

Raquel Lojendio (soprano), Agustín Prunell-Friend (tenor), Jochen Kupfer (barítono), Pequeños Cantores de Valencia, Orfeón Pamplonés y Orquestra de València. Director: Yaron Traub.

Por las notas firmadas por Blanca Calvo y las palabras pronunciadas por Yaron Traub, los asistentes que llenaron la Iturbi hasta la bandera bien podrían haber pensado que iban a escuchar primero una obra difícil y luego otra fácil tanto para los intérpretes como para ellos mismos. Impresión no incierta grosso modo, pero sólo grosso modo.

En la Sinfonía Matías el pintor, exigente de un extremo virtuosismo contrapuntístico y una alta capacidad para expresar ora nobleza, ora ternura, ora tensión, cuando no todo a la vez. Traub fue siempre al grano. A partir de una introducción rápida pero en la que el coral se resaltó ajustadamente, no dejó que pasajes como por ejemplo el conmovedor por más que sencillo tema que acompaña la muerte de la pequeña Regina se tiñeran en exceso de sentimentalismo. El glorioso clímax de los Tres ángeles, la descripción de los tormentos de San Antonio (sinuosos pero precisamente trazados recitativos en las cuerdas, seguidos por hachazos fulminantes de los vientos: la apertura de las puertas del infierno) y el Aleluya final fueron estremecedores, pero el corazón de la versión fue un Entierro central recorrido con inefable gravedad por los metales.

En los Carmina burana, la obra en principio «fácil», la calidad interpretativa bajó un grado. La primera parte fue la más aceptable, con trompetas excelentes al final de la Reie y solos de flauta preciosos en un Swaz hie gat umbe algo desajustado en su arranque (todo lo contrario el de Were diu werlt alle min). Pero aproximadamente coincidiendo con el adelantamiento de la flauta en un compás en el primer número de la Cour d´amours, los nervios, y con ellos los gritos en los grupos corales, parecieron aflorar para no desaparecer ya por entero hasta el final. En cuanto a los solistas, sin desmerecimiento de los otros dos gustaron especialmente las inspiradas soluciones de fraseo aportadas por el barítono.

Se aplaudió mucho todo y a todos.