Podría servir aquello de que más vale tarde que nunca, después de que el patronato del Museo de Bellas Artes San Pío V de Valencia se reuniera ayer por primera vez desde 2003. Pero la pinacoteca „esa que políticos y periodistas calificamos como segunda de España„ podría haber tenido mejor suerte con la coyuntura. Sucede que, tras las elecciones generales del pasado domingo, el Gobierno está en funciones, de modo que «ahora no toca tomar decisiones de calado».

Es lo que fuentes del Ministerio de Educación y Cultura respondieron a Levante-EMV ayer al ser preguntadas acerca de la posición de la institución propietaria „la gestión es de la Generalitat„ sobre dotar de mayor autonomía al museo, tal como su director y el Consell reclaman.

La entidad jurídica es el elemento nuclear para el futuro de un centro que carece de conservadores y de presupuesto propio. Por eso, tras la aprobación de los nuevos patronos y una puesta al día sobre el pasado, fue ayer punto central del debate en un pleno que se prolongó durante más de cinco horas y que en el futuro se convocará al menos una vez al año.

El museo valenciano puso sobre la mesa la opción de un consorcio (al estilo del Macba de Barcelona), pero los representantes del ministerio se mostraron reacios, ya que han tenido que acudir al rescate de alguno, según las informaciones recabadas por este diario. Alegaron además la situación actual del Gobierno (en funciones).

Finalmente se acordó abrir el debate para estudiar el modelo a partir de un proyecto que preparará el San Pío V. El director, José Ignacio Casar Pinazo, se mostraba «contento» al término de la reunión de ayer y prefería ver el vaso medio lleno.

«El ministerio y la Generalitat han decidido establecer vías para mejorar la situación institucional del museo, sin comprometerse a nada», declaraba a este periódico, si bien precisaba que ayer tampoco era el momento de grandes acuerdos, ya que no existía una propuesta «concisa» de nada.

Es el momento, por tanto, de «explorar» fórmulas, con la premisa de que existe un marco intocable: la naturaleza híbrida de la institución, que supone que la propiedad es estatal y la gestión, autonómica. La posibilidad, así, de que el Ayuntamiento de Valencia se implique de alguna manera queda bastante difusa.

Visto bueno a conservadores

El patronato respaldó, por otra parte, la necesidad de cubrir cuatro plazas de técnicos (dos conservadores y dos restauradores), además de una de auxiliar de mantenimiento. El secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, informó de la petición formulada a Economía para que provea las plazas.

El presupuesto del museo fue otro asunto que apareció en el debate. Que el San Pío V aparezca con una línea propia en las cuentas autonómicas de 2016 depende las enmiendas en Corts, porque la Generalitat no la incluyó en el proyecto de presupuestos. Si el cambio prospera, la institución pasará a contar con 120.000 euros para compras de arte.

Depósitos con caducidad

El patronato acordó además mejorar la regulación de los depósitos de piezas de la pinacoteca en otras instituciones. La decisión es poner fin a los depósitos indefinidos y que todos pasen a ser de cinco años renovables.

El museo tuvo que hacer frente en 2014 al caso de las obras prestadas al monasterio de Santa María de El Puig a partir de 1954, trasladadas e intervenidas sin permiso, por lo que hubo de devolver un centenar (de 250).

En la actualidad, existen 721 piezas del San Pío cedidas a 24 entidades en virtud de 34 depósitos.