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Vestimenta

Seda por partida doble

Rafael Catalá, que tiene previsto cerrar el concurso de acreedores a primeros de año, viste a la corte mayor con seda para los dos trajes

Seda por partida doble

La sedería Rafael Catalá presentó ayer las telas que lucirá la corte de honor mayor en sus trajes oficiales. Para la empresa ubicada en Albuixech, la cita supuso, de alguna forma, una reivindicación de la marca después de los graves problemas económicos que han pasado en los últimos años y que estarían empezando a ver la luz al final del túnel. El pasado mes de mayo, la empresa se declaraba en concurso de acreedores. Ayer, Alberto Catalá aseguraba que las previsiones eran que el proceso concluyera «a primeros del próximo año, en apenas un mar de meses». El departamento de valenciana es uno de los grandes activos de la empresa.

Para el responsable de la firma «han sido cuatro años muy duros, donde ha sido doloroso tener que reestructurar y reducir la plantilla, y donde tienes que responder con tu patrimonio personal. Pero las cosas vienen así y hay que asumirlas». El hecho de que la empresa se encuentre en esta situación no parece haber sido obstáculo para que el ayuntamiento la haya contratado a pesar de las trabas que suponen las deudas institucionales para contratar proveedores. En este caso, la contratación es directa porque no supera los 18.000 euros más IVA (los dos cortes de telas y el cuerpo ascienden a diez mil). Por contra, Catalá no se presentó a concurso para los espolines, que han sido adjudicados a Vives i Marí.

«Voy yo con la camioneta»

Alberto Catalá, que en el nuevo rumbo de la empresa reconocía que «ahora voy yo por las tardes con la camioneta a llevar el género a los clientes», aseguraba sentirse optimista «porque los telares de valenciana están funcionando a muy buen ritmo y, especialmente, los espolines. Hacía años que no tejíamos tantos».

Y recordó que el sector, de momento, se mantiene blindado a la tela de bajo coste, asiática. «Afortunadamente, sigue habiendo un marchamo de calidad y unas exigencias mínimas que en China no podrían satisfacer si no fuera uniformando a todas las falleras con una entrada masiva de una misma tela en un mismo color. Y eso es algo que, afortunadamente, las falleras tienen muy interiorizado».

Las telas ya están en poder del indumentarista, José Polit, y los llamados «segundos trajes», para el modelo Siglo XVIII deberán estar preparados para el primer fin de semana de enero tras las Navidades, cuando se celebre la Gala de la Cultura. El traje principal se estrena, como el espolín de la fallera mayor, el día de la exaltación.

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