El Museo de Etnología de València ofrece hasta el próximo 30 de abril la exposición «Inventant la tradició. Indumentària i identitat», comisariada por Asunción García y Xavier Rausell. La muestra invita a hacer un recorrido por la historia de la indumentaria valenciana, desde el siglo XVIII hasta la actualidad. A través de 380 piezas, se puede ver la evolución que han ido sufriendo paulatinamente las prendas y complementos en la vestimenta de los valencianos. «Los acontecimientos históricos de nuestro territorio han influido en la manera en que la población muestra su identidad, tanto en su día a día como en fechas destacadas y festividades», apunta Raussell. Algo que se ha visto reflejado en los cambios de tejidos y bordados que las piezas expuestas muestran en el Museu de Etnología.
Desde las influencias francesas de la década de 1810 que trajeron complementos textiles tan comunes como las «braguetas» y el pantalón largo hasta la «huertana» de mediados del siglo XX, la muestra sumerge al visitante en la València que comenzaba a descubrir la moda y la identidad a través de ella. La burguesía de finales del siglo XIX comenzó a adoptar formas de diferenciarse de otro territorio a través de ciertas características de vestimenta. Esta actitud se mantiene hasta nuestros días, «La ropa que llevamos dice mucho de nosotros mismos. Cada uno se viste cada día con sus mejores galas, lo que piensa que le queda mejor», señala Rausell.
El mensaje que quiere transmitir el recorrido es, según Rausell, que una cosa «es la indumentaria tradicional, que tiene unas características indispensables y precisas como los tres moños típicos, y otra cosa es la moda de ahora».El comisario de la muestra incidió en que actualmente no se reflejan del todo bien las características en la moda de los trajes tradicionales y que muchas veces se induce al equívoco al referirse a determinadas épocas históricas. «Es un lío lo que está pasando, hasta la Junta Central Fallera defiende cosas como el moño único clamando que son del siglo XVIII, pero no es así, están atribuyendo detalles a la indumentaria fallera que son la prácticamente del siglo XIX».
Rausell añade que la exposición es una muestra de la historia textil que invita a reflexionar a los visitantes. «El objetivo es que cada uno saque sus propias conclusiones. Un museo ha de ser un centro de debate que haga pensar», explica. Lo que está claro, según Xavier Rausell, son tres cosas: «La indumentaria está viva, la tradición no se acaba y siempre estamos en evolución, no sabemos donde podemos llegar», señala.
La muestra abre un interesante debate en torno a los procesos de creación de la identidad colectiva de los valencianos y las valencianas a través de la indumentaria tradicional, aquella más icónica que se ha convertido en representativa: la imagen de los agricultores valencianos. Una ropa sujeta a los devenires históricos, a las manipulaciones, mistificaciones y cambios o préstamos de la moda imperante. Parte de la Renaixença valenciana como punto de origen y camina hasta la década de 1980. El equipo de trabajo ha escogido un conjunto de 180 piezas y conjuntos de ropa, algunas de ellas restauradas, que van acompañadas por un centenar de objetos, entre obra gráfica, cerámica, recortes de prensa y complementos. Los conjuntos han sido extraídos del fondo textil que atesora el Museu Valencià d'Etnologia, que últimamente se ha nutrido de destacadas aportaciones gracias a la colección histórica de la Casa Insa y el fondo de Elio Puig - Vilaplana, hasta llegar en la actualidad a las 14.000 piezas de indumentaria. Detrás está, además, un complejo proceso de recuperación efectuado por el departamento de Restauració del Museu Valencià d'Etnologia y del IVC+R en varias piezas del siglo XVIII y XIX.La exposición aborda el valor identitario y de pertenencia que supone para el individuo vestirse de una forma o de otra: el género, la edad o el estatus social.
