Las Fallas de 2017, en su versión infantil, se cierra con un protagonismo especial para dos mujeres: Miriam García Sandemetrio y Teodora Chichanova. Si los éxitos se miden por los premios obtenidos, no cabe duda que para ambas es un año en el que se les abren todas las expectativas del mundo. Con el añadido de proceder ambas del nuevo módulo de Formación Profesional y haber coincidido ambas en la misma promoción.
Miriam García es el caso de ser artista «desde dentro». «En la falla ayudaba haciendo los decorados para el play back. Me lo pasaba muy bien, pero realmente estaba estudiando magisterio». Acabó la carrera y, llegado ese momento, salió el nuevo módulo formativo y decidió probar suerte. Bebió de buenas fuentes como las de «Guillermo Rojas o Enrique Gisbert». Se estrenó en Valencia el año pasado en San Juan Bosco-Duque de Mandas y éste repitió con ésta en una sección modesta. Pero también le llamaron de Albacete-Marvá, ya en la quinta sección.
El día 15 estaba acabando de pintar unas figuras para una falla grande y escuchó el reparto de premios. Doblete: primero de ingenio y primero de falla. «Me puse a llorar, a temblar... casi no podía ya ni dar una pincelada más. Es una emoción enorme. ¿Cómo iba a imaginármelo, no teniendo nombre todavía en la profesión?». Pero ha demostrado que «se puede. Y quiero seguir haciéndolo. Me gusta hacer esto: trabajo, pero a la vez disfruto. Tengo toda la vida por delante para intentar una oposición de magisterio. Y si lo consigo, siempre podré hacer una fallita». Ahora, con 26 años, prefiere seguir intentándolo. Un doblete pone en el mercado.
De Bulgaria al podio fallero
El de Teodora Chichanova es un caso no menos espectacular. «Vine a Valencia... detrás de mi novio». Lo llaman Xisco, pero es tan búlgaro como ella. Hizo la maleta con la esperanza de estudiar Bellas Artes y, al poco tiempo, se encontró con una locura artística llamada Fallas. Xisco dice que «hizo más de cuatro mil fotos ese año, que fue en 2009». Tras varios trabajos eventuales también se apuntó al módulo. Rompió mano ayudado a otros artistas y el año pasado, a nombre de otro artista, porque aún no era agremiada, ya se estrenó en Vall d'Uixó y en Torrent. «En la primera tuve un cuarto premio, con tercero de ingenio y en la segunda, tercer premio».
Palabra mágica. La del tres. «Este año, por fin, me hice autónoma». Empezaba lo más difícil: conseguir trabajo. Que una comisión confiara en una artista casi inédita, mujer y extranjera. «Creo que, de sección quinta hacia abajo, llamé a todas las comisiones de falla. Por lo menos, a 150, seguro. Sólo confió en ella Artes y Oficios-Actor Llorens.Bueno, también lo entiendo. Algunas a las que les conseguí llevar boceto lo rechazaron porque, a esas alturas de temporada, aún no era agremiada». A través del artista Guillermo Rojas consiguió otras dos: Pintor Salvador Abril-Pedro III y Ciudad del Artista Fallero «además de la de la Vall d'Uixó».
El día 15 fue mágico para ella: cuatro fallas y cuatro veces el tercer premio. «¿Cómo me siento? Muy feliz. Quiero seguir dedicándome a esto y lo he disfrutado mucho». Tiene motivos para darlo todo en el futuro inmediato: dentro de unos meses tendrá una boca más que alimentar.
