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Odisea para lograr la Tarjeta del Mayor

Un jubilado denuncia que en «plena era digital» la expedición de un simple carné se prolongue más de ocho meses

Ramón Goig, con la queja que ha presentado en el ayuntamiento. c. l.

Entre mala información del funcionariado, trámites burocráticos y lentitud de la administración, la obtención de un simple carné del mayor con el que beneficiarse de descuentos puede convertirse en una larga odisea que superará los 22 meses.

El protagonista de la historia es Ramón Goig, jubilado y vecino de Mislata. En marzo del pasado año acudió a la oficinal del mayor, sita en la calle Maestro Palau, para solicitar la Tarjeta del Mayor, un carné que expide la conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas y con el que acceder a decenas de descuentos y promociones a través de un catálogo. «El personal administrativo que me atendió ya me advirtió que tiene muchos trámites y que tardaría de 7 a 8 meses. Rellené la solicitud que me indicó la funcionaria y me marché, con una copia del impreso», recuerda el jubilado.

Ramón, cumpliendo los plazos que le indicaron, espera los meses pertinentes hasta poder conseguir la tarjeta, solicitada también para su esposa, aunque critica que en «la era digital y con tantos administrativos que tenemos en la administración para estos pequeños menesteres, no se explica la tardanza de siete u ocho meses».

Trece meses después de presentar la solicitud, y en vistas de no haber recibido notificación alguna, Ramón regresó a las dependencias de asuntos sociales en busca de información. «Allí me dicen que no saben nada y que si quiero saber algo que llame al teléfono 012 del Prop», explica. El jubilado marca el número y pregunta por su tarjeta. «Mi sorpresa fue comprobar que en la Generalitat tampoco saben nada de mi solicitud, indicándome que si quiero obtener la tarjeta debo ir a las oficinas de Barón de Cárcer para presentar la hoja de petición», asegura el vecino.

Dicho y hecho. Ramón se plantó hace unas semanas en el registro de la dirección territorial de Igualdad para presentar la solicitud de la tarjeta para él y su esposa. «Desde mi primera solicitud hasta hoy han pasado más de 14 meses, una burrada de tiempo, más lo que voy a tener que esperar ahora por la segunda petición. Es inconcebible que con tantos administrativos te digan que para una simple tarjeta tengas que esperar de ocho a diez meses», critica el jubilado de Mislata, que califica la situación de «inadmisible» y que «clama al cielo».

Ramón Goig no se rinde y asegura que con «más moral que el alcoyano espero tener mi tarjeta antes de morirme».

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