Estuvo punto de coger la maleta y buscar un nuevo futuro en Australia, pero finalmente ha terminado por instalarse en Valencia. Como el producto que ha patentado, Daniel Mayo no parece tener problema en moverse ligero de equipaje. «Después de todo lo que habíamos trabajado, me resignaba a marcharme y empezar de nuevo. Vivir en Valencia para mí es la oportunidad de seguir desarrollando el proyecto». Y su proyecto se llama Vivood, un sistema constructivo patentado de estructuras de madera desmontable que, según dice Mayo, «abre nuevos caminos en la arquitectura moderna». La empresa ofrece diferencias líneas de comercialización para alojamientos turísticos «glamping» (fusión entre el «camping» y el «glamour», pequeñas instalaciones para eventos o arquitectura de emergencia que puede servir para montar campamentos ante catástrofes naturales). «Es una propuesta diferenciada por todos sus atributos: plegable, transportable, autoconstruible, desmontable, reciclable, sostenible».

Vivood se transporta hasta la zona de construcción como si fuera un mueble comprado por piezas para ser montado por el usuario. Una vez en la zona de instalación, se despliega en el suelo, ensamblando así todos los elementos para resolver estructura y cubierta. «Su montaje es rápido, de cinco horas, fácil y reversible. Y además el módulo puede ser desmontado sin alterar de forma alguna el lugar donde ha sido construido».

Con el proyecto en marcha y en fase de comercialización, Mayo, arquitecto superior por la Universidad San Pablo CEU de Madrid, optó por probar suerte en la convocatoria de Lanzadera, el proyecto de apoyo a emprendedores del presidente de Mercadona Juan Roig. «Has la fecha la investigación había vivido de premios económicos en diferentes concursos nacionales e internacionales de diseño sostenible. En Lanzadera vimos que nos buscaban emprendedores "con traje y corbata" y decidimos que teníamos que estar dentro. Para nosotros es tan importante la financiación como la formación».

Y lo consiguieron, Mayo, junto con sus compañeros, todos ellos arquitectos, Álvaro Figueruelo, Miguel Peña y Pablo Sabariegos, superaron la dura criba de los más de 4.000 proyectos que se presentaron al proceso de selección. Vivood ha sido uno de los quince seleccionados para recibir apoyo financiación, formación y tutela durante un año. «Desde que estamos en Lanzadera tenemos muchos pedidos y casi no podemos suministrar a todos». La intención de Vivood era comenzar su andadura con un modelo pequeño y, con los años, ir ampliando en calidades, tamaños o tipos. «Ahora todo se ha acelerado. Estamos desarrollando para una gran empresa un Vivood de 48 metros cuadrados como "stand" y "showroom" de madera desmontable». Además, estos jóvenes emprendedores están terminando el desarrollo de alojamientos mayores, con extras como placa solar, depósito de agua, jacuzzi «o techo solar para ver las estrellas».

Daniel Mayo se muestra muy satisfecho de la experiencia que está suponiendo Lanzadera. «Es un progreso a pasos agigantados. Charlando con los directores o simplemente tomando café con alguno de los compañeros, soy consciente de las infinitas posibilidades que tiene Vivood. Son enfoques que ni pensábamos que existían y que nos permitirán evolucionar hacia propuestas muy interesantes», sostiene este joven nacido en Segovia en 1986.