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Abdoul Kalil, un refugiado afgano, ha podido encontrar trabajo cuando sus expectativas ya comenzaban a desvanecerse. Abdoul trabajará como cocinero en un restaurante. "Estos planes de empleo son muy importantes para una persona refugiada como yo, que tengo muchas dificultades para encontrar trabajo. A mí me está

ayudando mucho. Por un lado puedo ser autónomo en la búsqueda de empleo, y por otro, por fin he podido encontrar trabajo". La iniciativa a la que se refiere Abdoul Kalil es el Plan Integral de Empleo para la inclusión social 2010-2011 (PIE) que gestiona en Valencia la Comissió d'Ajuda al Refugiat (CEAR-PV), financiado por el Servef y el Fondo Social Europeo, dirigido a personas en riesgo de exclusión social.

Pero en este plan también tiene una importancia vital el empresario. Ingrid Ruano regenta el restaurante La Toscana, la empresa que ha contratado a Abdoul. "Abdoul es un buen trabajador y le hemos encontrado gracias al programa de inserción laboral de CEAR. En estos momentos de crisis también es muy importante contar con ayudas económicas a la contratación", afirma la gerente del local.

La iniciativa, pues, tiene dos destinatarios: por un lado aquellas personas que tienen difícil acceso a un puesto de trabajo y por otro las empresas, que reciben una serie de incentivos y subvenciones por contratar este tipo de trabajadores.

Noelia Montagud, técnico de empleo de CEAR, explica que el Plan Integral de Empleo para la inclusión social persigue "dar las herramientas necesarias a estas personas para que tengan más facilidad para encontrar un empleo, que puedan ser más autónomas".

Este colectivo principalmente se nutre de inmigrantes que por diversas causas no tiene un acceso fácil al mercado de trabajo y corren el riesgo de caer en la exclusión social. "Uno de los motivos es el racismo, está claro que no hay igualdad de oportunidades. Por otra parte existe la estratificación, según el género y el origen se dedican a una serie de trabajos. Por ejemplo, una mujer latina normalmente acabará dedicándose a la limpieza de hogares, un africano se dedicará a recoger la naranja, etc. Y en muchos casos son personas que tiene una carrera y una formación que les permiten en cosas trabajar en bien distintas a las que finalmente acaban haciendo. Por último también influye las barreras que existen para homologar en España la titulación obtenida en otros países, son impedimentos económicos y burocráticos. Muchas veces las empresas desconocen la legislación y desconfían del tipo de documentación que aporta el inmigrante", señala la especialista de CEAR, quien apunta que otra motivo de la dificultad que tiene este grupo de trabajadores para encontrar un empleo "es el idioma".

El paro castiga a los inmigrantes

Montagud no tiene dudas de que el colectivo de inmigrantes "es el que más está sufriendo las consecuencias de la crisis económica, estamos hablando de una tasa del 20% de desempleo. Una persona autóctona tiene una red social o familiar, o las dos, que le puede ayudar en un momento difícil, el inmigrante no suele tenerlas".

La técnico de CEAR apunta que también existen las situaciones sobrevenidas, aquellas en las que se sumergen "las personas inmigrantes que tienen un empleo y que lo pierden en en el momento que han de renovar la nacionalidad. Durante cinco años se exige un mínimo de seis meses cotizando por año".

Los inmigrantes del Magreb y del África subsahariana son "los que más dificultad tienen para encontrar trabajo. Por cultura, lengua o formación los latinoamericanos lo tienen más fácil", comenta Noelia Montagud.