En la segunda vuelta el levantinismo se ha encontrado con el fortín del Ciutat de València. El estadio, antiguo bastión en el que se cimentaron los años más felices del Levante UD en Primera división, vuelve a ser la base de los triunfos azulgranas. Doce de los últimos trece puntos logrados se han sumado como local y han vuelto a situar al equipo de Rubi en la órbita de la lucha por seguir un año más en la elite.

Salvo comprensibles excepciones, como en las derrotas ante el FC Barcelona (0-2) y Real Madrid (1-3), en las que el nivel competitivo azulgrana fue igualmente alto, el resto de rivales que han desfilado por Orriols se han marchado trasquilados. El Valencia, vacunado con un nuevo gol de Giuseppe Rossi, solo fue el último ejemplo. Antes pasaron el Rayo Vallecano (2-1), Las Palmas (3-2) y Getafe (3-0). El conjunto «granota» ha tenido la virtud de vencer a rivales de su misma zona clasificatoria, por la que la recompensa clasificatoria ha sido doble.

Se repite de esta manera, momentáneamente, el patrón seguido en otra salvación cimentada en una remontada en la segunda vuelta, como sucedió en la campaña 2010/11. Aquel curso fue el primero tras el regreso a la máxima categoría y el equipo de Luis García Plaza acusó una dura aclimatación al campeonato, castigado además desde el infortunio arbitral. En la segunda manga del torneo el Levante UD despegó con triunfos en casa ante el Getafe (2-0), Almería (1-0), Osasuna (2-1), Espanyol (1-0), Málaga (3-1) o Hércules (2-1), con un protagonismo goleador estelar de Felipe Caicedo. De hecho, se salvó la categoría al final con cierta holgura, con la testosterónica imagen de Sergio Ballesteros celebrando el empate en Mestalla que sellaba el objetivo. El año pasado, en el que por primera vez se volvió a padecer más de la cuenta para salvarse, los tantos de David Barral fueron claves para remontar, de tres en tres puntos, en los partidos en la segunda vuelta disputados en Orriols, como ante el Eibar o Málaga.

Riazor, momento propicio

Sin embargo, cada impulso en casa ha quedado frenado con derrotas en los desplazamientos, que han ralentizado, más de lo deseado, el crecimiento clasificatorio de los levantinistas. Las derrotas contra Celta, Sevilla, Eibar o Villarreal, la mayoría sin oponer excesiva resistencia „salvo en el Pizjuán„ supusieron un revés anímico.

En Anoeta ante la Real Sociedad, no sin dificultades, se logró arañar un punto (1-1), que detuvo la hemorragia de derrotas. Este sábado contra el Deportivo, y con el subidón anímico de haber derrotado al Valencia en el derbi, se presenta una ocasión propicia para volver a encontrarse con un triunfo que se resiste desde el 0-3 en el Molinón ante el Sporting, en la única victoria en esta campaña como visitantes. El Deportivo completó una primera vuelta con números europeos pero ha caído en picado y lleva 13 jornadas sin conocer la victoria. Una racha que le ha impedido de momento incluso materializar la permanencia.

Relax en la mascletà

Deyverson, Simao Mate y Rubén García, por otro lado, no se perdieron ayer la mascletà. La experiencia fue especialmente cautivadora para el delantero brasileño, que asistía por primera vez.