La dicotomía entre la cabeza y el corazón en la que vive atrapado el levantinismo tiene difícil resolución. La racionalidad recomienda por instinto prudencia, pausa y templanza. Es el leitmotiv sobre el que se cimenta el discurso inamovible de Muñiz, abonado a la doctrina que aboga por ir partido a partido, y de este modo ir calibrando los objetivos de la temporada.

Sin embargo, con el avance de las jornadas comienza a detectarse una incipiente desconexión entre la grada y los mensajes de los técnicos. El pálpito del seguidor levantinista es rotundo: el Levante, antes o después, será de Primera División. La cuenta atrás ha comenzado, con cábalas y cálculos para anticipar un ascenso que se da por seguro en el entorno azulgrana. Una tendencia que ahora parece no tener freno, y que cobra mayor velocidad y predicamento con cada victoria granota.

Orriols vive en un oasis donde la incertidumbre ha quedado desterrada, alejando „de forma provisional„ el fantasma del yunque de la adversidad. Una losa histórica que ha conformado durante generaciones la cosmovisión y la idiosincrasia de los inquilinos de Vallejo y el Ciutat. Pese a ello, el Levante ha asimilado sin vértigo el rol de líder indiscutible de la categoría, manteniendo un ritmo de competición imposible de igualar por parte de sus rivales. Tal es el nivel de control de los partidos que el graderío ha quedado totalmente inmunizado ante cualquier tipo de invectiva del adversario. La certidumbre en este caso no parece sustentada en actos de fe, ni en forofismo vacuo, sino en la contrastada capacidad del equipo de resolver todo tipo de situaciones de juego.

De consumarse la promoción de categoría de forma directa, Tito tendría la enorme ventaja de poder planificar una temporada en la élite con antelación, con una base contrastada sobre la cual construir un proyecto deportivo reforzado con el ingente flujo de dinero proveniente de los derechos televisivos. Estabilidad económica y crecimiento deportivo. Perspectivas de futuro envidiables para muchas entidades y al alcance del Levante a corto plazo.