María Dolores Dancausa (Burgos, 1959) es, junto a Ana Patricia Botín, la principal banquera de este país. Una rara avis en un sector dominado aplastantemente por hombres. Es consejera delegada de Bankinter, una entidad constituida en 1965 a medias por el Banco de Santander y Bank of America y vinculada desde siempre a la familia Botín. Jaime, hermano de Emilio, lo presidió entre 1986 y 2002 y en la actualidad es su máximo accionista. Dancausa, cuyo padre fue alcalde de Burgos entre 1965 y 1973, es licenciada en Derecho. Comenzó su carrera en el Banco Exterior de España. En 1990 se fue a la asesoría jurídica de Bankinter para dirigir los contenciosos del banco durante cuatro años. Posteriormente, fue nombrada consejera delegada de la aseguradora Línea Directa, propiedad del banco, hasta su elección como número dos de Bankinter en octubre de 2010.

¿Cuánto les va a costar a los banqueros recuperar el prestigio que han perdido durante esta crisis?

Creo que es el principal reto que tiene que afrontar en este momento el sector financiero, más allá de la capitalización. En toda esta crisis hemos perdido un prestigio que nunca deberíamos haber perdido. Hay que hacer grandes esfuerzos para recuperar la confianza. Dicho lo cual, también es cierto que el sector financiero que ya está emergiendo no tiene nada que ver con el que existía hace unos años. Hemos asistido a la mayor reestructuración de este sector, fundamentalmente por el lado de las cajas, y ahora, con todas las acciones que se están llevando a cabo, lo que queda es un sector mucho más sólido, más potente, más dinámico.

Eso es lo mismo que se decía del sector financiero español al inicio de la crisis. Y en parte fue por eso por lo que no se actuó en su momento.

Sí, pero estamos hablando de hace seis años. Creo que el sector ni era el mejor ni tan malo como nos quieren hacer ver. Hemos pasado por una crisis económica que no ha ayudado nada y también ha habido un boom inmobiliario que ha puesto en dificultades a muchas entidades. Frente a eso, yo siempre digo que aquí está Bankinter, que es un ejemplo de cómo hacer las cosas bien. En este momento somos una de las entidades financieras más solventes y más sólidas que hay. Dentro del sistema financiero también hay que diferenciar a unas entidades de otras. Uno de los errores que se han cometido ha sido hablar del sistema financiero en su conjunto, como si todos fuéramos malos, como si todos tuviéramos problemas, como si todos hubiéramos hecho las cosas mal, y eso ha contaminado. Pero no era cierto. Había entidades que estaban bien, no solo Bankinter, que es una de ellas, sino también otras. Sin embargo, había una serie de entidades, fundamentalmente las cajas, que tenían problemas serios.

La CNMV pide para el expresidente de Bankinter, Jaime Botín, una sanción de 600.000 euros por ocultar hasta mediados de 2010 una parte de sus acciones en el banco. ¿Les afecta de alguna manera?

De ninguna. Es un tema personal suyo. Dejó la presidencia y las funciones ejecutivas en 2002.

¿Está libre la banca española de nuevos sustos como los que llevaron al rescate de 2012?

Creo que la banca española está sanísima y muy dispuesta a afrontar las nuevas pruebas que tenemos que realizar. Yo no puedo hablar por el resto de la banca, pero Bankinter afronta esas pruebas con confianza y estamos preparados para ello.

Las nuevas pruebas de solvencia del BCE de 2014 serán el test definitivo para el sector. ¿Cómo las afronta Bankinter y cómo cree que las pasará la banca española?

Tengo confianza en que sí [las pasaremos], porque la banca se ha recapitalizado muchísimo a lo largo de todos estos años. Ha hecho unas dotaciones superiores a los 200.000 millones de euros. Estamos hablando de un sector saneado. Es cierto que en estas pruebas se van a medir unos parámetros más amplios de aquellos por los que nos habían medido en las anteriores pruebas de esfuerzo, pero también es cierto, desde luego en el caso de Bankinter, que hemos trabajado para estar, en todos los ratios por los que se mide la solvencia del banco, absolutamente preparados. Por tanto, lo afrontamos con confianza y seguro que salimos bien. Hasta ahora tenemos el récord de haber salido con nota de todas las pruebas de esfuerzo.

¿Qué ha hecho Bankinter para no tener que caer en las ayudas públicas, a diferencia de otros competidores?

Todos hemos cometido errores. Bankinter no ha sido ajeno, pero los errores los ha pagado él, no ha tenido que acudir al dinero público ni hemos tenido que pedir ayuda a nadie. Pero ha habido una serie de errores que han sido muy generalizados en el sector en los que Bankinter no ha caído. ¿Cuáles? En primer lugar, no caímos en el señuelo del sector promotor, con lo cual nuestra ratio de morosidad es una tercera parte de la del sector, inferior al 5 %. ¿Por qué no caímos? Porque la escuela de riesgos del banco es espectacular. Los créditos se dan a aquellas entidades que se analizan y son solventes. Otro error en el que el banco no cayó fue el de sobredimensionarnos. En los tiempos de euforia, las entidades abrieron cientos de oficinas y contrataron a muchísimas personas, pero luego, en tiempos de crisis, tienes que cerrar oficinas y despedir gente. Bankinter nunca participó de ese movimiento de euforia ni de recesión, con lo cual no nos hemos sometido a ningún tipo de reestructuración, que tanto desgaste produce. La crisis nos ha pillado con las oficinas que queremos tener y con un negocio muy ajustado. Sí que hemos cometido errores, como dar hipotecas a diferenciales muy bajos y a plazos largos. Como el euríbor está en mínimos históricos y nunca hemos tenido cláusula suelo, es verdad que la rentabilidad es pequeña. Ahora lo estamos sustituyendo por otro tipo de negocio. Creo que hemos hecho las cosas bien y nunca hemos dejado de regirnos por criterios profesionales en la gestión. Siempre hemos sido muy prudentes, que es uno de los valores que hay que tener cuando se trabaja en banca.

Otra prueba, aunque parece que menos dura, serán las nuevas normas sobre refinanciaciones. ¿Coincide en que es necesario que se limpien de una vez los balances bancarios? ¿Se va a ver muy afectado Bankinter?

Nunca he tenido miedo a las provisiones. Es bueno estar muy bien provisionado, porque, si es algo que necesitas, pues ya tienes un problema menos y si no es necesario, acaba repercutiendo en la cuenta de resultados. Es bueno, lo mires por donde lo mires. Respecto a la nueva normativa sobre refinanciaciones, hemos hecho las dotaciones correspondientes y el impacto en la cuenta de resultados es irrelevante comparado con el resto de entidades. Es un impacto asumible. La cartera refinanciada ha sido de unos 1.720 millones, lo que supone un 3,8 % del total de la cartera de créditos, mientras que en el conjunto del sector estará en torno al 11 %.

Usted ha afirmado que Bankinter no se propone crecer mediante compras y que, por tanto, no va a acudir a las ventas de Novacaixagalicia y Catalunya Caixa. En su momento, se publicó que estuvo interesado en el Banco de Valencia. ¿Por qué finalmente desecharon esa opción?

Nosotros estamos centrados en el crecimiento orgánico. Somos la única entidad en España que somos lo que éramos. No hemos cambiado. Siempre hemos crecido cliente a cliente, sin estar metidos en fusiones. Ante una reestructuración tan impresionante como la que ha tenido lugar en España sí es cierto que no puedes mirar hacia otro lado. Sí hemos visto operaciones y hemos analizado la conveniencia o no de entrar en ellas. Banco de Valencia fue posiblemente, dentro de lo que eran las entidades que han estado en venta, la que miramos con más detenimiento. Las razones por las que decidimos no seguir adelante eran porque su modelo de negocio era muy diferente que el que tiene Bankinter y para nosotros iba a ser un esfuerzo enorme sacar adelante Banco de Valencia; nos iba a retraer del foco que queremos poner en nuestro negocio. Además, no nos aportaba mucho en el sentido de que era un modelo muy centrado en oficinas, cuando en Bankinter no queremos crecer en número de oficinas. El 60 % de las transacciones que se hacen en el banco se hacen por canales diferentes . Por eso pensamos que no nos interesaba.

¿Cree que CaixaBank habría obtenido los resultados de este 2013 sin el dinero de más de 6.000 millones que aportó el Estado al Banco de Valencia?

Es posible. Volviendo a ese criterio profesional del que hablaba, creo que no te puedes quedar simplemente porque te den dinero. Al menos ese es el análisis que tenemos en Bankinter, aunque ni mucho menos quiero meterme en lo que hagan otros. Nosotros compramos algo si vemos que hay futuro y podemos rentabilizarlo. Si nos hubiera ayudado a nuestra penetración en la zona valenciana, con un modelo complementario al nuestro, hubiéramos entrado, pero por el hecho de que nos den muchos millones de euros, pues no nos ha interesado.

Hablando de la Comunitat Valenciana. Esta se ha quedado sin entidades propias y se observa una competencia entre las entidades que se han adjudicado las extintas Bancaja, CAM y Banco de Valencia. ¿Qué papel quiere jugar Bankinter en este mercado?

Ser un referente en la Comunitat Valenciana y creo que lo somos. Estamos aprovechando esta oportunidad de mercado, porque aquí había entidades muy identificadas, como las que ha citado. Al desaparecer estas entidades y quedar menos, pues hay una cuota de clientes, que además quedaron decepcionados y que en este momento están mucho más receptivos que hace unos años a cualquier propuesta que les pueda dar un banco del que han oído que no tiene problemas.

¿Y cuál ha sido la respuesta?

Estamos creciendo en la zona valenciana de una forma muy potente.

Las empresas valencianas se quejan de que los bancos no les dan créditos y los bancos dicen que no hay demanda solvente. ¿Cómo cree que va a evolucionar la concesión de créditos?

La intención del banco ha sido siempre crecer, porque vemos, como decía antes, que esto es una oportunidad histórica para Bankinter. Siempre estamos intentando incrementar la inversión. La Comunitat Valenciana ha sido tradicionalmente unas de las autonomías más boyantes, con más espíritu emprendedor y empresarial de España. Dicho lo cual, veníamos de un proceso de apalancamiento y endeudamiento tan elevado en la sociedad que ahora lo que vemos es una cierta aversión al riesgo. Es muy difícil dar créditos. Los bancos tenemos liquidez, pero nos cuesta dar créditos porque no hay mucha demanda. Ahora sí empieza a haberla. Después del verano sí he notado que hay una mayor confianza, basada en unos factores positivos y también en que llega un momento en que dices: «Se acabó todo el día hablando de la crisis. Este pesimismo no nos lleva a ningún lado». Eso está favoreciendo que las empresas tengan más ánimo y quieran ya acometer nuevos proyectos. Espero que la inversión vuelva a crecer porque es fundamental para que la actividad económica se recupere. Fíjese si queremos crecer que hemos lanzado una hipoteca al 1,95 %. Hemos sido los primeros.

¿Por qué?

Queremos adelantarnos al mercado. Pensamos que el mercado inmobiliario está tocando fondo y va a empezar otra vez a revivir. Y queremos ser los primeros. Además, las hipotecas que damos en el banco son buenas, vinculan mucho al cliente. La pérdida esperada es prácticamente nula. La morosidad de nuestras hipotecas es de un 2,7 %, ya incluidas las refinanciaciones. Es muy baja y consumen poco capital. Y es un producto que fideliza mucho al cliente. Tardarán pocos meses en verse a los demás con ofertas parecidas.

Algunos empresarios valencianos opinan que, en la falta de crédito, influye el hecho de que los empleados de muchas de las entidades absorbidas por otras o nacionalizadas siguen con el chip puesto en el negocio que hacían antes, sobre todo hipotecas, y desconocen el trabajo para las empresas, sus riesgos, sus necesidades. ¿Coincide con ese punto de vista?

No es el caso de Bankinter. No le puedo hablar de otras entidades. La escuela de riesgos del banco es una de las grandes fortalezas que tenemos. Lo que sí es cierto es que hacen falta cambios de criterio en los análisis de riesgos, en general. No es lo mismo una empresa que exporta que una que no lo hace.

Los grandes inversores parece que vuelven a confiar en España. El dinero empieza a fluir, pero la mejora no llega a los ciudadanos. ¿Cree que nos queda mucho tiempo de penurias?

Es verdad que se ve mejor fuera que dentro. Además, hay una parte muy importante del ajuste privado que ya se está haciendo. Las pymes se están reinventando, están saliendo al exterior. Se están devaluando los activos, sobre todo los inmobiliarios, que lo han hecho un 50 %. Las rentas salariales han bajado, luego las empresas españolas son más competitivas. Hay sectores como la automoción o el turismo que están yendo bien. Los mercados están más alegres. Los inversores extranjeros hace un año no querían saber nada de España, tenían una visión enormemente negativa y eso ha cambiado sustancialmente. ¿Qué pasa en España? Pues que todavía no lo estamos viendo, porque aún tenemos muy cerca ejemplos de empresas que están cerrando, personas que siguen en el paro... Lo vemos con cierto pesimismo y es verdad que todo esto aún no se ha trasladado a la economía real. Hasta que el ciudadano no vea que las cosas cambian no podemos hablar de que la economía está remontando. Hay que ser prudente. ¿Hay cosas positivas? Muchas. ¿Esto es el inicio de la recuperación que todos deseamos? Pues esperemos que sí, pero este país aún necesita reformas estructurales.

El paro es la gran lacra y, para la banca, el principal hacedor de morosidad. ¿Hasta dónde podrán resistir?

La banca, con todo lo que hemos provisionado, puede resistir. Ahora, si esto se convierte en una crisis a la japonesa de veinte años, habrá que seguir haciendo provisiones. El sector financiero y la actividad económica vamos de la mano. Bankinter tiene capacidad para salir. Si esto es el inicio de la recuperación económica, no hay duda de que vamos a sacarle mucho provecho. Si esto es una tregua, estamos preparados para aguantar mucho tiempo, porque tenemos el índice más bajo de morosidad y un nivel de capitalización de los más altos del sector.

¿Tiene alguna buena noticia sobre la economía valenciana, especialmente castigada por la crisis?

Aquí están algunos de los más grandes empresarios españoles. Y hay una cualidad —yo estoy casada con un valenciano— y es que son gente creativa, llena de ideas, emprendedores. En la Comunitat Valenciana es donde más empresas familiares y pequeñas empresas se están creando. Por tanto, hay que mirar el futuro con optimismo. El pasado, pasado está.