Por qué no ha extrañado a casi nadie en España el conflicto surgido entre el Gobierno de Panamá y el consorcio constructor liderado por Sacyr en torno a coste y evolución de las obras del Canal del país centroamericano? Durante los últimos años ha sido habitual que apareciesen sobreprecios en muchas de las grandes obras realizadas en España y, especialmente en la Comunitat Valenciana. No hay proyecto de envergadura promovido por la Generalitat en la última década que no haya sufrido desfases presupuestarios, en algunos casos desorbitados, como puede ser los distintos elementos de la Ciudad de las Ciencias, cuyo coste ha superado holgadamente los 1.000 millones de euros.

Desde ámbitos políticos y sociales se ha asociado estos sobrecostes a decisiones corruptas y a una gestión manirrota por parte de los distintos inquilinos de la Generalitat. Sin embargo, detrás de los modificados suele haber en muchas ocasiones cuestiones técnicas ajenas a decisiones caprichosas. Así lo explican desde la Federación de Contratistas de Obra Pública de la Comunitat Valenciana (Fecoval). Su presidente, José Luis Santa Isabel, explica que los desfases son un riesgo intrínseco a la propia esencia de cualquier obra. «Cuando haces un contrato de una obra haces un contrato de algo que está por venir. Se hace en base a un proyecto condicionado por un medio físico que puede sufrir muchas variaciones». Del mismo modo que Sacyr alega deficiencias graves en los estudios geológicos aportados por la Autoridad del Canal de Panamá en el momento de la licitación, los contratistas valencianos explican que este tipo de discrepancias ocurren a menudo. «Hay conceptos del suelo que no conoces y que te encuentras cuando haces la obra. Además hay que tener en cuenta que entre que se hace el proyecto y se ejecuta pasa tiempo y pueden variar las condiciones por cambios geológicos, térmicos, etc».

A estos motivos hay que sumar las modificaciones sobre los objetivos iniciales de los contratos que en muchas ocasiones se producen durante su ejecución. «A veces hay imposiciones de la Administración, como introducir un ramal de agua a un pueblo. Se trata de modificaciones en aras al interés público que no son gratuitas. Nunca se sabe lo que cuesta una obra hasta que no se termina. Lo que puedo decir es que siempre es lo que realmente ha costado», dice Santa Isabel.

Pese a todo esto, el presidente de los contratistas admite que la legislación española ha dejado mucho margen a la presentación de bajas excesivas en las licitaciones, algo que se ha ido corrigiendo. «Ha habido algunas muy desproporcionadas, aunque cada vez se limita más teniendo en cuenta el valor medio de las ofertas que se presentan o fijando valores de referencia. Esto era un problema para las contratas, para la Administración y para el mercado (pues invita a competir aplicando ajustes en los costes que muchas veces irreales). Pero la mayoría de las veces, en contra de lo que piensa la opinión pública, los modificados y las reclamaciones están justificadas». Fecoval es partidaria de hacer normas más restrictivas que eviten las bajas temerarias, crecientes desde que comenzó la crisis económica.

La Asociación Valenciana de Ingenieros Consultores (Avinco) elaboró en 2009 un informe a partir de opiniones de sus asociados sobre las causas que provocan los sobrecostes. Sus promotores consideran vigente el documento. Uno de los principales motivos esgrimidos fue el de los cambios de criterio del promotor. Se trata de modificaciones en los objetivos del contrato que introducen los licitantes en la fase de ejecución. Las presiones, acuerdos y convenios entre Administraciones también influyen, pues muchas obras se complementan con otras que van sufriendo variaciones. Otra de las razones es la urgencia por la puesta en servicio de una infraestructura, que incluyen desde necesidades ciudadanas hasta la cercanía de citas electorales que lleva a los políticos a acelerar plazos para cumplir sus compromisos electorales.

El problema a la hora de poder disponer del suelo (especialmente cuando son necesarias expropiaciones) y lo que ello acarrea en las secuencias de ejecución es otra de las razones de que aumenten los costes. También la aparición de redes de suministro de compañías de servicios que no estaban inventariadas y que se descubren cuando se mueven las tierras. Por último Avinco citaba las deficiencias que aparecen en los proyectos cuando no se ha hecho una buena inversión previa.