La concejalía de Hacienda sigue adelante con la revisión de varias ordenanzas fiscales. Mientras se ultiman los cambios para recuperar la tasa de apertura y se completa el expediente de Deportes con el estudio de uso de las instalaciones, Teresa Garcia presentó esta semana su primera propuesta para modificar la tasa para terrazas, que entre sus principales novedades presenta una discriminación entre las zonas con más y menos valor catastral.
Según explica la nacionalista, «los niveles de recaudación se van a mantener en torno a los 130.000 euros», pese a que el cálculo de la tarifa depende de la ponencia de valores. En esta línea, Garcia explica que «le hemos aplicado una rebaja del 8 % y a los polígonos de más valor le hemos incrementado un 10 % y al resto se lo hemos restado». De esta forma, el metro cuadrado ocupado por mesas y sillas con fines lucrativos cuesta 45,33 euros al año en las calles o avenidas más caras, así como 36,68 ?/m2 en el resto del municipio. Antes, cuando no había este tipo de diferenciación, la tarifa estaba fijada en los 10,83 ?/m2 al trimestre.
Pese a algunas críticas desde la oposición por resultar esta tasa más cara que en ciudades de los alrededores, Teresa Garcia reconoce que «nos penaliza el catastrazo» pero aún así «hemos hecho otros cálculos como si en lugar de ocupación de dominio público fuera un alquiler y sale más o menos lo mismo, así que no puede haber mucha desviación».
En cualquier caso, la concejala de Compromís no tiene intención de llevar este asunto al próximo pleno, porque tanto en este caso como en la tasa de deportes «se necesita el máximo consenso». En la ordenanza de terrazas, Garcia tiene intención de plantear el asunto a los comerciantes y restauradores para que también se pronuncien y hagan sus aportaciones.
«Injustificada barbaridad»
Estas explicaciones ofrecidas en comisión de Hacienda con convencieron a IP, cuyo concejal, Juan Guillen, tilda de «auténtica barbaridad» esta «subida desmesurada e injustificada». En lugar de esta modificación, los segregacionistas proponen «vigilar la ocupación de la vía pública, que en ocasiones impide el paso al ciudadano; controlar las marquesinas que molestan a la circulación de vehículos; así como unificar la estética de las marquesinas de nueva colocación, en cuanto a formas, medidas, materiales o tonalidades».
