La Comunidad de Regantes de Sagunt ha solucionado un problema que se arrastraba desde hace alrededor de 8 años con un sistema novedoso sin zanjas que apenas realizan unas pocas firmas en toda España y ha costado unos 40.000 euros.
Consiste en evitar la retirada de toda la tubería estropeada con la colocación en su interior de una especie de funda de plástico que evita todas las grietas. De momento el resultado ha sido totalmente positivo, según explicaba Levante-EMV el presidente de la Comunidad de Regantes, José Peris. «Hemos visto que funciona perfectamente», decía.
Una de las mayores ventajas del procedimiento utilizado es que evita dejar huellas en calles, calzadas y aceras, como ha ocurrido en zonas recién asfaltadas de la población donde la rotura de tuberías de riego había obligado hasta ahora a zanjas y cicatrices.
Sin embargo, en este caso, lo mejor es que ha permitido hacer la reparación sin necesidad de romper el muro de contención del río ni el monolito existente al Norte del Palancia.
El presidente de los regantes, José Peris, así reconocía a Levante-EMV si bien admitía que es una tecnología aún «cara» para generalizar en todas las reparaciones.
«Aquí ha sido la solución ideal para evitar romper el muro de protección del río y retirar el monolito. La tubería está enterrada a casi 4 ó 5 metros de profundidad en el río y luego sube hasta arriba, por lo que cambiarla del modo tradicional hubiera sido muy costoso», comentaba.
La reparación se había quedado a la espera de que la empresa urbanizadora del norte del Palancia la asumiera y, finalmente, se ha llegado a un acuerdo con ella para acometer los trabajos. «Hemos cumplido nuestro compromiso», apuntaba a este diario uno de los responsables de la firma saguntina Alser, Julián Castelblanque.
Estos trabajos han permitido acabar con un problema que impedía que toda la huerta de la ciudad se regara mediante el sistema integral de goteo.
Tras ello, por primera vez en casi una década los sectores de las partidas de Ponera y La Rosana han podido recibir agua procedente del pantano del Regajo sin tener que poner en marcha los motores situados en la zona de San Cristóbal.
Esta medida va comportar un gran ahorro en energía eléctrica al evitar la puesta en marcha de motores para regar los sectores de La Rosana, como reconocía el presidente de la Comunidad de Regantes. Además de recordar que el agua del pantano «tiene un precio infinitamente inferior», Peris mencionaba otras ventajas para medio ambiente. «El no activar los pozos impedirá que baje la capa del nivel freático y aumente el riesgo de salinización de las aguas subterráneas. Por ello, estamos muy safisfechos con haber solucionado este asunto», apuntaba.
