El exteniente de alcalde de Quartell, Emilio Máñez, ha ampliado la nómina de expolíticos de la Comunitat Valenciana del PP que aseguran haber sido agraciados con un jugoso premio de la lotería nacional cuyo cobro ha levantado las sospechas de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía Nacional.

El hombre que es visto por esos agentes como «conseguidor» durante años de la empresa saguntina Avialsa en la supuesta trama para lograr concursos de extinción de incendios en la Comunitat dijo tener su golpe de fortuna a principios de 2006.

Sin embargo, la UDEF no ve claro que la suerte sonriera así a este político discreto, considerado como uno de los lugartenientes del exconseller Serafín Castellano en El Camp de Morvedre. Máñez fue arrestado junto al exalcalde de Quartell, Francisco Huguet, por supuestas irregularidades en adjudicaciones a Avialsa.

Según consta en un informe policial al que ha tenido acceso Levante-EMV, el 2 de febrero de 2006, Máñez y su mujer ingresaron en una cuenta bancaria de la actual Bankia 180.000 euros por este concepto si bien, según la contestación de Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (Onlae) a la policía, «no consta ningún premio pagado a los mismos».

Ante los agentes de la UDEF, la entidad bancaria donde se hizo aquella operación «alegó no tener» la documentación que, según el informe policial, «estaba obligada a tener y solicitar en su momento al cliente» para confirmar que el matrimonio había sido agraciado.

Esa supuesta inyección de suerte precedió a los vehículos que se matricularon en el periodo 2007-2012 a nombre de Máñez y de su mujer. Según datos facilitados por la Agencia Tributaria a la UDEF, en esa época tuvieron hasta cinco. Y nada de utilitarios. Lejos coches baratos, tenían un Porsche Cayenne, un Jeep Wrangler, un Ford Ranger, un BMW 320 TD y un Audi A3. Toda una relación de turismos que, como apuntaban los agentes , «evidencian un nivel de vida alto, que se configura como uno de los indicios de blanqueo de capitales».

Precisamente, el ingreso de esos 180.000 euros se hizo en una cuenta que el matrimonio poseía en la entonces Bancaja, una entidad donde el propio Máñez estuvo de consejero delegado durante años como representante del Ayuntamiento de Quartell, al menos, durante 2004, 2007 y 2009, según las memorias de la entidad.

Aunque la acción política de Máñez se centró siempre en el PP de Quartell y en ese ayuntamiento, los informes policiales apuntan a que fue uno de los denominados «zombies» de la empresa pública Imelsa, es decir, personas que cobraban de esta firma de la Diputación de Valencia sin llegar a realizar a cambio ninguna función.

Él mismo lo vino a reconocer ante el juez, por mucho que estuviera en nómina de la empresa pública con un cargo. Lo hizo después de que los agentes hallaran documentos de su contrato laboral firmado por el mismo Marcos Benavent, el exgerente de Imelsa que se autodenominó yonki del dinero.

El exteniente de alcalde también manejaba grandes cifras de dinero en metálico, como se vio tras las acciones policiales que siguieron a su detención y posterior puesta en libertad. Según informó entonces este diario, los agentes hallaron 34 billetes de 500 euros en una caja de seguridad que Máñez tenía alquilada en una oficina de Bankia en Sagunt; una cifra que luego él atribuyó ante el juez a las operaciones generadas por su empresa de excavaciones.