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Degradación en Baladre

El incivismo en algunas zonas va a más, con aguas fecales que caen en un porche y lanzamiento de basura y muebles por el balcón a un solar - Vecinos de la zona piden la intervención institucional

Las aguas fecales de una finca caen directamente en un porche. humberto forero

«La situación está yendo a peor en algunas zonas de Baladre, con imágenes que no se habían visto nunca». Con esta contundencia se expresaba ayer a Levante-EMV un vecino del barrio de mediana edad que se ha criado allí y sabe bien de lo que habla.

El lanzamiento de basura y de muebles por el balcón hasta un solar cercano ha dejado de ser un caso aislado y así, junto a los edificios del barrio situados más al oeste, se acumulan restos de todo tipo e incluso de sofás calcinados o medio rotos.

Esta imagen de degradación aún se acentúa más en los porches colindantes, donde las aguas fecales de toda una finca caen directamente al suelo sin ningún problema y se estancan desprendiendo un olor nauseabundo hasta perderse por una trapa de la calle, reservada a las aguas pluviales. «Como no tenían seguro en la comunidad de vecinos y la tubería se obstruyó, hicieron un agujero y ahora las fecales salen a la calle. Es asqueroso», explicaban en el barrio. «Estamos peor de lo que hace poco ya denunció Iniciativa Porteña», añadía otro.

A eso se le añaden restos de orines, tierra, así como objetos viejos y abandonados, pese a la existencia del ecoparque y del servicio de recogida a domicilio. Todo, junto a un portal donde el nuevo revestimiento que mejoraba la fachada ya sólo se intuye, tras haber sido arrancado, y en un barrio donde no faltan quienes tienen luz o agua de manera ilegal.

También hay accesos a patios de luces donde son visibles muebles viejos y gran cantidad de suciedad. Por ello, varios vecinos opinaban que el problema es que «muchos pasan de todo y les da lo mismo vivir rodeados de porquería».

Este repunte del incivismo también es evidente en otras calles, donde algunos contenedores de basura están vacíos mientras las bolsas se acumulan junto a ellos. «No les importa ni que estemos en verano, ni que haga calor y que eso desprenda malos olores. Es lógico que así haya ratas», comentaba otro residente.

Y es que, precisamente, la presencia de roedores es otro de los aspectos que preocupa a muchos vecinos. «Lo que tenían que hacer es limpiar de una vez todo el solar donde la gente tira la basura y los muebles», decía una mujer.

En lo que sí coincidían es en que la situación les supera y, por ello, demandaban implicación de las instituciones. «Es necesario que intervengan cuanto antes y nos ayuden a que esto vuelva a ser un lugar de gente trabajadora, que mima su barrio. Vivir rodeado de todo esto es asqueroso», decían.

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