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«Las costumbres han cambiado, pero los bailes tradicionales no»

Vicente Nácher empezó a bailar con diecisiete años y a sus 83 años sigue siendo «ballaor» en cuerpo y alma

Los bailes de la procesión tienen una jerarquización escrupulosa. Estos se organizan según el orden de aparición en Algemesí. Las torres de la Muixeranga abren el desfile, por ser el símbolo de la localidad, le siguen els Bastonets, la Carxofa, els Arquets, les Pastoretes, el Bolero o les Llauradores. Esta primera parte de la procesión se hubiese evaporado de la memoria si no fuese por los vecinos y vecinas de la localidad que decidieron que formase parte de su vida. Este es el caso del ballaor Vicente Nácher.

«Yo desde que tenía siete años seguía la procesión pero por detrás y mi padre le insistía a mi madre que me hiciese un traje para así poder bailar», explica Vicente Nácher. El maestro que le enseñó a bailar fue Vicente Blai, más conocido como Tio Pandero, un llauraor del pueblo. «Ese hombre nos enseñó a diecisiete parejas a bailar. El 25 de abril del año 1948, el día de la coronación de la Mare de Déu, salí con diecisiete años a bailar por primera vez con mi pareja», explica Vicente Nácher.

Cuando falleció el Mestre Vicente Blai, en un accidente laboral, Nácher cogió el cargo de mestre dels ballaors a siete días de la Mare de Déu. «Si no cogía el papel de mestre el baile moriría en Algemesí», explica Vicente Nácher. Este ballaor ha sido testimonio de los cambios que han sufrido las danzas en Algemesí a lo largo del siglo pasado y a principios de este.«Hay cinco bailes: València, Reyes, Trensaos, Típics y Bots. Este es mi favorito y justo fue este mismo el que bailé junto con mi pareja de toda la vida hasta hace pocos años el día de la Mare de Déu de la Salut», explica Nácher. «En la época que era alcalde don Juan Belda; allá por los años 50, no podíamos tocarnos en el "ball dels bots". No era pulcro entonces.», recuerda el ballaor.

«Las costumbres han cambiado, antes las jovencitas que bailaban tenían que taparse para entrar a la iglesia, ahora pueden hacerlo con el traje de valenciana. Aunque hayan pasado los años y las maneras de ser hayan variado, lo que queda claro es que los bailes son los bailes y eso es así», remarca el ballaor Vicente Nácher.

«Yo me he roto los cuernos por saber bailar y enseñar a bailar. He ido a Madrid a bailarle al rey, he ido muchas veces el día de la Mare de Déu dels Desamparats a bailarle allí, en la capilla, a la Virgen. Yo empecé a bailar con diecisiete años y hasta los sesenta y nueve no he dejado las castañuelas ni un año», matiza el ballaor y festero Vicente Nácher.

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