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«He decidido arrancar los caquis porque los precios en el campo son un desastre»

? Un agricultor de Alzira empieza a talar cerca de 600 árboles de rojo brillante ? «No tiene valor y lo que no quiero es regalar mi trabajo», afirma Daries, que vuelve a sacar rentabilidad a los cítricos

Octavio Daries muestra una tira de caquis que está talando. v. m. pastor

Octavio Daries «nació en el campo». Como muchos agricultores de la Ribera, en «la burbuja del caqui» decidió alternar sus cosechas de cítricos con el rojo brillante. Hoy, en poco más de un lustro, ha pasado de percibir 42 céntimos por kilo a que le ofrezcan un máximo de 15. La fiebre desatada por la alta rentabilidad se ha deshinchado por completo. Tanto que gente como Daries ha optado por arrancar los árboles. «He terminado volviendo al inicio. Planté caquis pensando que sería una salida y, al final, resulta que los naranjos dan más beneficios. Voy a cortarlos todos y se acabaron los dolores de cabeza. No hay precio y lo que tampoco quiero es regalar mi trabajo. He desistido», aseguró el afectado.

La esperanza depositada en esta fruta ha empezado a desvanecerse. De hecho, este vecino de Alzira que tiene más de 50 hanegadas de caquis y un total de 50.000 kilos por recoger, ha decidido eliminar de sus tierras cualquier rastro de la mencionada fruta. Ya ha empezado a cortar y terminará borrando del mapa alrededor de 600 árboles. «El tratamiento, del que este año he hecho seis pasadas, me cuesta más de 20 céntimos por kilo y me ofrecen entre 13 y 15. Esto no se puede aguantar y por eso he decidido cortarlo», explicó.

Con todo, tal y como ya informó este periódico el sábado en base a una denuncia de AVA-Asaja, los agricultores afrontan este año una campaña extremadamente difícil a juzgar por el desplome que han sufrido sus cotizaciones en origen, donde el precio en el campo se sitúa por primera vez en la historia por debajo del coste de producción. «Los que dicen que todo va bien no tienen caquis en los campos. Lo único que me alegra es que tengo 'salustianas' y como hay pocas por el término los comerciantes me buscan y me las pagan a buen precio. Lo otro ha terminado siendo un desastre. Parecía que iba a ser una salida viable y ahora resulta que se está pagando un precio ruinoso en el campo sin ninguna causa objetiva de mercado que lo justifique», afirmó Daries.

Parece que las buenas noticias en el sector primario duran poco. La coyuntura bajista de los precios se ha generalizado y los agricultores no encuentran una respuesta al suceso. «Quizá este descenso se debe al veto ruso pero siempre lo acabamos pagando los mismos. La agricultura está en un momento muy delicado y muy malo. Pienso que el día que nuestra generación se retire, se abandonarán muchos campos, porque no son rentables. Hay muchos gastos y eso sin tener en cuenta el tiempo que se le tiene que dedicar. Yo no lo dejo porque me gusta demasiado», sentenció.

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